Quisiste decir algo a tu padre; ahora está muerto, ahora no hay forma de decírselo. O quisiste pedirle perdón por algo que no le gustó, pero entró tu ego y no pudiste pedirle perdón: ahora está muerto, ahora no se puede hacer nada. ¿Qué hacer? , ¡y está ahí! Seguirá y seguirá y destruirá todas tus relaciones.
Soy muy consciente de esto porque ser un Maestro es ser un padre en cierto sentido. Cuando la gente viene a mí, si están cargados con la relación con su padre, entonces les resulta muy difícil relacionarse conmigo, porque siempre aparece su padre. Si han odiado a su padre, me odiarán a mí, si querían luchar con su padre, lucharán; si amaban a su padre, me amarán; si respetaban a su padre, me respetarán; y todo el asunto se pone en funcionamiento.
Si eres consciente, puedes observar. Retrocede; ahora tu padre ya no existe, pero para los ojos de la memoria aún está ahí: cierra los ojos; se otra vez el niño que ha cometido algo, que ha hecho algo en contra del padre, que quiere ser perdonado pero no puede armarse de valor. ¡Ahora puedes armarte de valor! Puedes decir todo lo que querías decir, puedes tocar sus pies de nuevo, o puedes enfadarte y pegarle, pero acaba con ello! Deja que todo el proceso se complete.
Osho.
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