martes, 28 de febrero de 2017

SU VÍNCULO CON LO NO MANIFESTADO








¿Cuál es la relación entre la presencia y el cuerpo interior?





Eckhart Tolle:


La presencia es conciencia pura, conciencia reclamada a la mente, al mundo de la forma. El cuerpo interior es su vínculo con lo No Manifestado y en su aspecto más profundo es lo No Manifestado: la Fuente de la cual emana la conciencia como la luz emana del sol. La conciencia del cuerpo interior es la conciencia que recuerda su origen y retorna a la Fuente.





¿Lo No Manifestado es lo mismo que el Ser?





Eckhart Tolle:


Sí. Las palabras No Manifestado intentan, por medio de la negación, expresar Aquello que no puede ser expresado, pensado o imaginado. Apuntan a lo que es, diciendo lo que no es. El Ser, por otra parte, es un término positivo. Por favor, no se apegue a ninguna de esas palabras ni empiece a creer en ellas. No son más que postes indicadores. 





Usted dijo que la presencia es conciencia que se ha ganado a la mente. ¿Quién la recupera?





Eckhart Tolle:


Usted. Pero ya que en esencia usted es conciencia, podríamos decir también que es un despertar de la conciencia del sueño de la forma. Esto no quiere decir que su propia forma se desvanecerá instantáneamente en una explosión de luz. Usted puede continuar teniendo su forma presente y sin embargo ser consciente de lo que no tiene forma, que nunca muere y que está en lo profundo de usted.





Debo admitir que esto va mucho más allá de mi comprensión y sin embargo en algún nivel profundo parece que sé de qué está usted hablando. Es más una sensación que otra cosa. ¿Me estoy engañando a mí mismo? 





Eckhart Tolle:


No. La sensación lo llevará más cerca a la verdad de quién es usted que el pensamiento. No puedo decirle nada que en el fondo no sepa ya. Cuando usted ha alcanzado cierto grado de unión interior, reconoce la verdad cuando la oye. Si usted no ha alcanzado todavía esta etapa, la práctica de la conciencia del cuerpo traerá la profundización necesaria.









Del libro:
*El Poder del Ahora
Eckhart Tolle




Imagen tomada del internet



SU VÍNCULO CON LO NO MANIFESTADO


¿Cuál es la relación entre la presencia y el cuerpo interior?

Eckhart Tolle:
La presencia es conciencia pura, conciencia reclamada a la mente, al mundo de la forma. El cuerpo interior es su vínculo con lo No Manifestado y en su aspecto más profundo es lo No Manifestado: la Fuente de la cual emana la conciencia como la luz emana del sol. La conciencia del cuerpo interior es la conciencia que recuerda su origen y retorna a la Fuente.

¿Lo No Manifestado es lo mismo que el Ser?

Eckhart Tolle:
Sí. Las palabras No Manifestado intentan, por medio de la negación, expresar Aquello que no puede ser expresado, pensado o imaginado. Apuntan a lo que es, diciendo lo que no es. El Ser, por otra parte, es un término positivo. Por favor, no se apegue a ninguna de esas palabras ni empiece a creer en ellas. No son más que postes indicadores. 

Usted dijo que la presencia es conciencia que se ha ganado a la mente. ¿Quién la recupera?

Eckhart Tolle:
Usted. Pero ya que en esencia usted es conciencia, podríamos decir también que es un despertar de la conciencia del sueño de la forma. Esto no quiere decir que su propia forma se desvanecerá instantáneamente en una explosión de luz. Usted puede continuar teniendo su forma presente y sin embargo ser consciente de lo que no tiene forma, que nunca muere y que está en lo profundo de usted.

Debo admitir que esto va mucho más allá de mi comprensión y sin embargo en algún nivel profundo parece que sé de qué está usted hablando. Es más una sensación que otra cosa. ¿Me estoy engañando a mí mismo? 

Eckhart Tolle:
No. La sensación lo llevará más cerca a la verdad de quién es usted que el pensamiento. No puedo decirle nada que en el fondo no sepa ya. Cuando usted ha alcanzado cierto grado de unión interior, reconoce la verdad cuando la oye. Si usted no ha alcanzado todavía esta etapa, la práctica de la conciencia del cuerpo traerá la profundización necesaria.


Del libro:
*El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet

CAMBIOS















Tomado del libro:


El Librito Que Fortalece


Proverbios reconfortantes y máximas motivadora


Lucia Canovi


Fotografía extraída de internet

CAMBIOS




Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantes y máximas motivadora
Lucia Canovi
Fotografía extraída de internet

lunes, 27 de febrero de 2017

VIDA INFINITA Y ETERNA








VIDA INFINITA Y ETERNA


EL PEQUEÑO MONO







Érase una vez ... un pequeño mono que, con su larga cola, su aire travieso y su mechón de pelos en la punta de cada oreja, se parecía un poco a un tití. ¿Por qué circunstancias fue a parar al dojo de Yagyu Tajima, el gran maestro del arte del sable? Nadie lo supo nunca. Pero estaba presente en todos los ejercicios, se mezclaba con los discípulos y se esforzaba en imitarlos.





Una mañana un ronin se presentó ante la puerta del dojo del maestro Tagyu Tajima y solicitó el honor de recibir la enseñanza del sable. Con el fin de mostrar su valor, se ofreció a luchar con el adversario que quisieran oponerle. El maestro sonrió y dijo:





-Te acepto como discípulo si puedes vencer a mi mono.





El ronin, sorprendido pero seguro de sí, estuvo de acuerdo. Dieron a cada uno el sable de madera que se usa para los ejercicios y el maestro dio la señal del combate. El pequeño mono ejecutó algunos molinetes a una velocidad loca, efectuó un salto peligroso y se puso en equilibrio sobre la espalda de su adversario, y, antes de que éste se recobrara, le hizo saltar el sable de las manos. El ronin, molesto y confuso, se retiró.





Se puso a estudiar con ardor el arte del sable, «Ken- jutsu». Solo en su pequeño retiro, se dedicó a ello de día y de noche. También practicaba el Zazen, la meditación en posición sentada. A medida que pasaron los meses fue progresando en la Vía. Poco a poco se liberó de sus ilusiones, de sus dudas y de sus cobardías. Se liberó de su orgullo, del deseo y del miedo, su ego se anuló y, yendo más allá de lo mental, accedió al estado de apacible armonía con el universo. Pasaron varios años. Una mañana, el antiguo ronin se consideró preparado. Se presentó de nuevo a la puerta del dojo del maestro Tagyu Tajima:





-He venido a luchar contra el mono -dijo modestamente.





Fueron a buscar al tití. Le pusieron en las manos un sable de madera. El vivo y malicioso animal se adelantó. Pero cuando vio al antiguo ronin convertido en ermitaño, se puso a lanzar gritos penetrantes, dejó caer el arma y huyó corriendo.





-Entra -dijo el maestro-, sé bienvenido entre mis discípulos.





«Cuando el discípulo está a punto, el maestro viene», afirma la sentencia zen. Cuando el discípulo está a punto, hasta el mono lo sabe ...












Extraído de:


La Grulla Cenicienta


Los más bellos cuentos zen


Henry Brunel


Fotografía del internet


EL PEQUEÑO MONO


Érase una vez ... un pequeño mono que, con su larga cola, su aire travieso y su mechón de pelos en la punta de cada oreja, se parecía un poco a un tití. ¿Por qué circunstancias fue a parar al dojo de Yagyu Tajima, el gran maestro del arte del sable? Nadie lo supo nunca. Pero estaba presente en todos los ejercicios, se mezclaba con los discípulos y se esforzaba en imitarlos.

Una mañana un ronin se presentó ante la puerta del dojo del maestro Tagyu Tajima y solicitó el honor de recibir la enseñanza del sable. Con el fin de mostrar su valor, se ofreció a luchar con el adversario que quisieran oponerle. El maestro sonrió y dijo:

-Te acepto como discípulo si puedes vencer a mi mono.

El ronin, sorprendido pero seguro de sí, estuvo de acuerdo. Dieron a cada uno el sable de madera que se usa para los ejercicios y el maestro dio la señal del combate. El pequeño mono ejecutó algunos molinetes a una velocidad loca, efectuó un salto peligroso y se puso en equilibrio sobre la espalda de su adversario, y, antes de que éste se recobrara, le hizo saltar el sable de las manos. El ronin, molesto y confuso, se retiró.

Se puso a estudiar con ardor el arte del sable, «Ken- jutsu». Solo en su pequeño retiro, se dedicó a ello de día y de noche. También practicaba el Zazen, la meditación en posición sentada. A medida que pasaron los meses fue progresando en la Vía. Poco a poco se liberó de sus ilusiones, de sus dudas y de sus cobardías. Se liberó de su orgullo, del deseo y del miedo, su ego se anuló y, yendo más allá de lo mental, accedió al estado de apacible armonía con el universo. Pasaron varios años. Una mañana, el antiguo ronin se consideró preparado. Se presentó de nuevo a la puerta del dojo del maestro Tagyu Tajima:

-He venido a luchar contra el mono -dijo modestamente.

Fueron a buscar al tití. Le pusieron en las manos un sable de madera. El vivo y malicioso animal se adelantó. Pero cuando vio al antiguo ronin convertido en ermitaño, se puso a lanzar gritos penetrantes, dejó caer el arma y huyó corriendo.

-Entra -dijo el maestro-, sé bienvenido entre mis discípulos.

«Cuando el discípulo está a punto, el maestro viene», afirma la sentencia zen. Cuando el discípulo está a punto, hasta el mono lo sabe ...



Extraído de:
La Grulla Cenicienta
Los más bellos cuentos zen
Henry Brunel
Fotografía del internet

¿TE SUBES AL TREN O TE QUEDAS VIENDO COMO SE ALEJA?




¿TE SUBES AL TREN O TE QUEDAS VIENDO COMO SE ALEJA?


domingo, 26 de febrero de 2017

BAJA AUTOEFICACIA: «NO SERÉ CAPAZ DE ENFRENTARME A LO QUE VIENE»







El pensamiento normativo se alimenta de una serie de mandatos aparentemente irrevocables (y se esconde detrás de ellos) para justificar su conformismo y evitar la entrada de lo nuevo en escena. 





Tres de estas distorsiones que fomentan la resistencia al cambio: 





1) resignación normativa: «Nada va a cambiar»;


2) fatalismo conformista: «El cambio no es conveniente»; y 


3) baja autoeficacia: «No seré capaz de enfrentarme a lo que viene.»








BAJA AUTOEFICACIA: «NO SERÉ CAPAZ DE ENFRENTARME A LO QUE VIENE» 





Aquí el problema es más personal. La dificultad no está tanto en el cambio en sí, sino en la incapacidad percibida para hacerle frente: «¿Seré capaz de adaptarme?» Si dudo de mi potencial, mi inteligencia y mi disposición para acoplarme a los imponderables, los cambios venideros serán vistos como una cuestión de vida o muerte y no como una oportunidad para crecer.





Lo que desconocen las personas con baja autoeficacia es que la adaptación requiere tiempo y que durante este proceso de adaptación es normal que cometamos errores. No existen transformaciones cómodas e indoloras; todas duelen. El cambio —es decir, pasar de un estado a otro— así sea positivo, siempre produce algún tipo de crisis: es la mente que se actualiza a sí misma. El miedo a no ser capaz, a equivocarse y a quedar relegado son los temores más incapacitantes, porque bloquean la mayoría de las funciones psicológicas e incrementan la resistencia al cambio. Al dudar de uno mismo, ya no habrá un punto de referencia en el que confiar. La dificultad se multiplica y el yo entra en estado de hibernación. El sociólogo Bauman71 sostiene que, en la actualidad, el miedo a quedar rezagados aparece cuando nos enfrentamos a los avances de la tecnología y a una posmodernidad que exige, cada vez más, respuestas inteligentes y adaptativas: 





«Para librarnos del bochorno de quedar rezagados, de cargar con algo con lo que nadie más querría verse, de que nos sorprendan desprevenidos, de perder el tren del progreso en lugar de subirnos a él, debemos recordar que la naturaleza de las cosas nos pide vigilancia, no lealtad.» (p. 19) 





Te subes al tren o te quedas en el andén mirando cómo se aleja el futuro. 





El miedo se vence enfrentándose a él: «¡Bienvenida, novedad; aunque me asustes un poco! Eres un reto, una posibilidad que me da la vida para actualizar mis recursos; eres una opción para rejuvenecer.» ¿Que duele un poco? No importa: los beneficios superan de lejos a las incomodidades.









________________________________________


71. Bauman, Z. (2006). Vida líquida. Barcelona: Paidós.









Extracto del libro:



El arte de ser flexible




Walter Riso


Fotografía tomada de internet



BAJA AUTOEFICACIA: «NO SERÉ CAPAZ DE ENFRENTARME A LO QUE VIENE»


El pensamiento normativo se alimenta de una serie de mandatos aparentemente irrevocables (y se esconde detrás de ellos) para justificar su conformismo y evitar la entrada de lo nuevo en escena. 

Tres de estas distorsiones que fomentan la resistencia al cambio: 

1) resignación normativa: «Nada va a cambiar»;
2) fatalismo conformista: «El cambio no es conveniente»; y 
3) baja autoeficacia: «No seré capaz de enfrentarme a lo que viene.»


BAJA AUTOEFICACIA: «NO SERÉ CAPAZ DE ENFRENTARME A LO QUE VIENE» 

Aquí el problema es más personal. La dificultad no está tanto en el cambio en sí, sino en la incapacidad percibida para hacerle frente: «¿Seré capaz de adaptarme?» Si dudo de mi potencial, mi inteligencia y mi disposición para acoplarme a los imponderables, los cambios venideros serán vistos como una cuestión de vida o muerte y no como una oportunidad para crecer.

Lo que desconocen las personas con baja autoeficacia es que la adaptación requiere tiempo y que durante este proceso de adaptación es normal que cometamos errores. No existen transformaciones cómodas e indoloras; todas duelen. El cambio —es decir, pasar de un estado a otro— así sea positivo, siempre produce algún tipo de crisis: es la mente que se actualiza a sí misma. El miedo a no ser capaz, a equivocarse y a quedar relegado son los temores más incapacitantes, porque bloquean la mayoría de las funciones psicológicas e incrementan la resistencia al cambio. Al dudar de uno mismo, ya no habrá un punto de referencia en el que confiar. La dificultad se multiplica y el yo entra en estado de hibernación. El sociólogo Bauman71 sostiene que, en la actualidad, el miedo a quedar rezagados aparece cuando nos enfrentamos a los avances de la tecnología y a una posmodernidad que exige, cada vez más, respuestas inteligentes y adaptativas: 

«Para librarnos del bochorno de quedar rezagados, de cargar con algo con lo que nadie más querría verse, de que nos sorprendan desprevenidos, de perder el tren del progreso en lugar de subirnos a él, debemos recordar que la naturaleza de las cosas nos pide vigilancia, no lealtad.» (p. 19) 

Te subes al tren o te quedas en el andén mirando cómo se aleja el futuro. 

El miedo se vence enfrentándose a él: «¡Bienvenida, novedad; aunque me asustes un poco! Eres un reto, una posibilidad que me da la vida para actualizar mis recursos; eres una opción para rejuvenecer.» ¿Que duele un poco? No importa: los beneficios superan de lejos a las incomodidades.



________________________________________
71. Bauman, Z. (2006). Vida líquida. Barcelona: Paidós.


Extracto del libro:
El arte de ser flexible
Walter Riso
Fotografía tomada de internet

SI EL "YO" NO ESTÁ ALLÍ






SI EL "YO" NO ESTÁ ALLÍ


sábado, 25 de febrero de 2017

VERDAD Y SILENCIO







Palabras 


Silencio 


Amor


Yo





Las palabras pueden ser hermosas, pero nunca pueden ser la verdad. La belleza constituye un valor estético. Puedes disfrutarla, al igual que puedes gozar de una bella pintura, pero no sucederá mucho a partir de este placer. Es bueno mientras dura. Pero las palabras nun­ca son la verdad: no podrían serlo, por su na­turaleza misma. La verdad sólo puede ser co­municada en silencio. Pero ésa es la paradoja: aquellos que han insistido en que la verdad só­lo puede ser comunicada en silencio, todos usa­ron palabras. Esto es una vergüenza, pero no se puede hacer nada al respecto. Es necesario usar las palabras para hacerte callar. El silencio es importante, y ese silencio te permitirá vislum­brar la verdad.





Aun si tienes vislumbres de verdad a través de mis palabras, esa vislumbre se produce a tra­vés de tu silencio y no de mis palabras. Aun si te sientes absolutamente seguro de que lo que digo es verdad, esa sensación de certeza abso­luta proviene de tu silencio y no de mis pala­bras. Siempre que estás callado, allí está la ver­dad. Siempre que mantienes un diálogo interior, el parloteo de mono continúa por dentro, pasas por alto la verdad que está siempre presente.





Cualquier cosa que yo haga (hablarte, ayu­darte a meditar conmigo, forzarte a hacer catar­sis, o convencerte de bailar, de festejar), cualquier cosa que yo haga tendrá un solo objetivo: ayudarte de alguna mane­ra a que te calles pues, cuando estás en silencio, las puertas se abren: estás en el templo. El modo en que hagas silencio carece de importancia. Te quedas en silencio, y entonces yo estoy dentro de ti y tú estás dentro de mí. El silencio no co­noce fronteras. En el silencio, se produce el amor. Me he transformado en un amante para ti; tú te has vuelto un amante para mí. En silencio, ocurre todo lo que tiene signi­ficación. Pero producir el silencio es un arduo problema.





No es necesario ir en la búsqueda de Dios; no es necesario ir en la búsqueda de la verdad. Si el yo no está allí, de repente se encuentra todo. Si el yo no es­tá allí, simplemente llegas a saber que la verdad siempre estuvo a tu alrededor, por dentro y por fue­ra. Era el yo lo que no te dejaba verla. Era el yo lo que cerraba tus ojos y tu ser. Entonces, lo primero que hay que entender es qué es el yo.









Referencia:


El dios de todos (Osho)


Un camino espiritual para descubrir a Dios


Fotografía tomada de internet


VERDAD Y SILENCIO


Palabras 
Silencio 
Amor
Yo

Las palabras pueden ser hermosas, pero nunca pueden ser la verdad. La belleza constituye un valor estético. Puedes disfrutarla, al igual que puedes gozar de una bella pintura, pero no sucederá mucho a partir de este placer. Es bueno mientras dura. Pero las palabras nun­ca son la verdad: no podrían serlo, por su na­turaleza misma. La verdad sólo puede ser co­municada en silencio. Pero ésa es la paradoja: aquellos que han insistido en que la verdad só­lo puede ser comunicada en silencio, todos usa­ron palabras. Esto es una vergüenza, pero no se puede hacer nada al respecto. Es necesario usar las palabras para hacerte callar. El silencio es importante, y ese silencio te permitirá vislum­brar la verdad.

Aun si tienes vislumbres de verdad a través de mis palabras, esa vislumbre se produce a tra­vés de tu silencio y no de mis palabras. Aun si te sientes absolutamente seguro de que lo que digo es verdad, esa sensación de certeza abso­luta proviene de tu silencio y no de mis pala­bras. Siempre que estás callado, allí está la ver­dad. Siempre que mantienes un diálogo interior, el parloteo de mono continúa por dentro, pasas por alto la verdad que está siempre presente.

Cualquier cosa que yo haga (hablarte, ayu­darte a meditar conmigo, forzarte a hacer catar­sis, o convencerte de bailar, de festejar), cualquier cosa que yo haga tendrá un solo objetivo: ayudarte de alguna mane­ra a que te calles pues, cuando estás en silencio, las puertas se abren: estás en el templo. El modo en que hagas silencio carece de importancia. Te quedas en silencio, y entonces yo estoy dentro de ti y tú estás dentro de mí. El silencio no co­noce fronteras. En el silencio, se produce el amor. Me he transformado en un amante para ti; tú te has vuelto un amante para mí. En silencio, ocurre todo lo que tiene signi­ficación. Pero producir el silencio es un arduo problema.

No es necesario ir en la búsqueda de Dios; no es necesario ir en la búsqueda de la verdad. Si el yo no está allí, de repente se encuentra todo. Si el yo no es­tá allí, simplemente llegas a saber que la verdad siempre estuvo a tu alrededor, por dentro y por fue­ra. Era el yo lo que no te dejaba verla. Era el yo lo que cerraba tus ojos y tu ser. Entonces, lo primero que hay que entender es qué es el yo.


Referencia:
El dios de todos (Osho)
Un camino espiritual para descubrir a Dios
Fotografía tomada de internet

HUYENDO HACIA EL FUTURO




HUYENDO HACIA EL FUTURO


jueves, 23 de febrero de 2017

TAO TE KING: PRINCIPIO 17








Cuando gobierna un Gran soberano,





el pueblo apenas se da cuenta de su existencia.





Ama y alaba a los gobernantes menos grandes,





teme a los inferiores,





y desprecia a los malos.





¡Con cuánta prudencia hay que medir las palabras!






Cuando las obras están acabadas





y los asuntos siguen su curso,





toda la gente piensa:





«Somos libres»















Extracto del libro:



Lao-Tsé


Tao Te King


Fotografía tomada de internet




TAO TE KING: PRINCIPIO 17


Cuando gobierna un Gran soberano,

el pueblo apenas se da cuenta de su existencia.

Ama y alaba a los gobernantes menos grandes,

teme a los inferiores,

y desprecia a los malos.

¡Con cuánta prudencia hay que medir las palabras!

Cuando las obras están acabadas

y los asuntos siguen su curso,

toda la gente piensa:

«Somos libres»




Extracto del libro:
Lao-Tsé
Tao Te King
Fotografía tomada de internet

NO SE TRATA DE HACER SENTIR BIEN AL PRESIDENTE




NO SE TRATA DE HACER SENTIR BIEN AL PRESIDENTE


miércoles, 22 de febrero de 2017

EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS*







El carpintero que había contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja acababa de finalizar su primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder una hora de trabajo, y su viejo camión se negaba a arrancar.





Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos.





Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso entusiasta a su esposa.





De regreso me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.





“Este es mi árbol de problemas —contestó— . Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido —dijo sonriendo— es que cuando salgo a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.





__________


* Contribución de Daniel Molina.












Extracto del libro:


La culpa es de la vaca 1a parte


Lopera y Bernal


Fotografía de Internet


EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS*


El carpintero que había contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja acababa de finalizar su primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder una hora de trabajo, y su viejo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso entusiasta a su esposa.

De regreso me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

“Este es mi árbol de problemas —contestó— . Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido —dijo sonriendo— es que cuando salgo a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.

__________
* Contribución de Daniel Molina.



Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 1a parte
Lopera y Bernal
Fotografía de Internet

EL AMOR CUANDO NO HAY TEMOR




EL AMOR CUANDO NO HAY TEMOR


martes, 21 de febrero de 2017

FATALISMO CONFORMISTA: «EL CAMBIO NO ES CONVENIENTE»










El pensamiento normativo se alimenta de una serie de mandatos aparentemente irrevocables (y se esconde detrás de ellos) para justificar su conformismo y evitar la entrada de lo nuevo en escena. 





Tres de estas distorsiones que fomentan la resistencia al cambio: 





1) resignación normativa: «Nada va a cambiar»;


2) fatalismo conformista: «El cambio no es conveniente»; y 


3) baja autoeficacia: «No seré capaz de enfrentarme a lo que viene.»





FATALISMO CONFORMISTA: «EL CAMBIO NO ES CONVENIENTE»





Estas personas no niegan que el cambio sea imposible, lo que piensan es que «las cosas empeorarán si se producen cambios». Los fatalistas normativos son un estorbo para los progresistas porque ven nubarrones donde no los hay. Expertos en detectar fracasos, actúan como aves de mal agüero tratando de desmoralizar a los que sí quieren la renovación. Su estrategia preferida es el terrorismo psicológico: «¡No te muevas!», «¡no lo intentes!», «¡cuidado!», «¿y si el cambio es negativo?». Puro miedo al fracaso, a lo desconocido, a los imponderables. 





Como vimos, todo cambio tiene costes y siempre habrá un balance ajuste / desajuste que es necesario manejar. Sin duda reacomodar los viejos elementos, e incorporar a la base de datos la nueva información, genera estrés e incomodidad. No obstante, la crisis que compaña al cambio suele traer más beneficios que contratiempos.





En cierta ocasión, le pedí a un paciente fatalistanormativo que me hiciera una lista de bondades e inconvenientes de un nuevo procedimiento de sistematización de datos. La lista de los aspectos favorables solamente incluyó cuatro puntos, pero la de los posibles aspectos negativos del cambio ocupaba dos páginas en las que se anticipaban todo tipo de catástrofes, incluso algunas que nada tenían que ver con la implantación de un nuevo software. De las cuarenta y ocho predicciones negativas, sólo se cumplieron dos (que se solucionaron de inmediato). Por lo demás, las consecuencias positivas fueron muchas más de las que había predicho. En realidad, el nuevo procedimiento fue un éxito total. Cuando le pedí que evaluara sus predicciones respecto a los resultados reales, me respondió: «Sí, sí, es verdad; las cosas no fueron tan horribles. Debo reconocer que tuvieron mucha suerte...» 












Extracto del libro:



El arte de ser flexible




Walter Riso


Fotografía tomada de internet




FATALISMO CONFORMISTA: «EL CAMBIO NO ES CONVENIENTE»


El pensamiento normativo se alimenta de una serie de mandatos aparentemente irrevocables (y se esconde detrás de ellos) para justificar su conformismo y evitar la entrada de lo nuevo en escena. 

Tres de estas distorsiones que fomentan la resistencia al cambio: 

1) resignación normativa: «Nada va a cambiar»;
2) fatalismo conformista: «El cambio no es conveniente»; y 
3) baja autoeficacia: «No seré capaz de enfrentarme a lo que viene.»

FATALISMO CONFORMISTA: «EL CAMBIO NO ES CONVENIENTE»

Estas personas no niegan que el cambio sea imposible, lo que piensan es que «las cosas empeorarán si se producen cambios». Los fatalistas normativos son un estorbo para los progresistas porque ven nubarrones donde no los hay. Expertos en detectar fracasos, actúan como aves de mal agüero tratando de desmoralizar a los que sí quieren la renovación. Su estrategia preferida es el terrorismo psicológico: «¡No te muevas!», «¡no lo intentes!», «¡cuidado!», «¿y si el cambio es negativo?». Puro miedo al fracaso, a lo desconocido, a los imponderables. 

Como vimos, todo cambio tiene costes y siempre habrá un balance ajuste / desajuste que es necesario manejar. Sin duda reacomodar los viejos elementos, e incorporar a la base de datos la nueva información, genera estrés e incomodidad. No obstante, la crisis que compaña al cambio suele traer más beneficios que contratiempos.

En cierta ocasión, le pedí a un paciente fatalistanormativo que me hiciera una lista de bondades e inconvenientes de un nuevo procedimiento de sistematización de datos. La lista de los aspectos favorables solamente incluyó cuatro puntos, pero la de los posibles aspectos negativos del cambio ocupaba dos páginas en las que se anticipaban todo tipo de catástrofes, incluso algunas que nada tenían que ver con la implantación de un nuevo software. De las cuarenta y ocho predicciones negativas, sólo se cumplieron dos (que se solucionaron de inmediato). Por lo demás, las consecuencias positivas fueron muchas más de las que había predicho. En realidad, el nuevo procedimiento fue un éxito total. Cuando le pedí que evaluara sus predicciones respecto a los resultados reales, me respondió: «Sí, sí, es verdad; las cosas no fueron tan horribles. Debo reconocer que tuvieron mucha suerte...» 



Extracto del libro:
El arte de ser flexible
Walter Riso
Fotografía tomada de internet