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viernes, 15 de julio de 2016

UNA SABIA BASE DE DATOS


Los libros que conviene tener cerca:

«Mi afán es comprender.»
José Luis Sampedro

«Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no conoce, no puede hacer. Quien  nada comprende, nada vale. Pero quien comprende, también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento, más grande es el amor.»
Paracelso

Un buen libro no es sólo un libro. No son sólo datos, información o conocimiento. Es sabiduría y es vida. Es mucha vida. Es abrir la ventana del intelecto y del corazón. Es sentir, pensar, reír, llorar... vivir.

Quiero compartir contigo aquellos libros que de alguna forma me han cambiado la vida. Muchos de ellos están en estas cartas que has leído. Ya sea en fragmentos seleccionados o destilados (con los riesgos que ello supone) por mí.

Sin ellos no sentiría como pienso, no pensaría como siento, no sería quien soy. 

Y no exagero si digo que mi vida sería distinta si no los hubiese leído.

Siento por ellos y sus autores una inmensa gratitud y un profundo y sincero afecto.

Todos los libros que más adelante te enumero curan... o por lo menos me han curado a mí y han sido un remedio ideal, no agresivo y a menudo homeopático en momentos de tristeza, despiste, desasosiego o simplemente de felicidad inquieta a la búsqueda de respuestas.

Un libro es una o varias vidas, es uno o varios mundos, un libro puede ser alas que te ayuden a volar, un libro incluso puede ser un amigo y un maestro: alguien de quien te sabes cómplice, que te comprende, que te conoce e incluso que te ama. Un libro es algo maravilloso.

Aquí tienes, con detalle, los que conviene tener cerca. Espero que encuentres en ellos lo que yo encontré.

  • Albion, Mark, Vivir y ganarse la vida, Amat editorial.
  • Albom, Mitch, Martes con mi viejo profesor, Maeva.
  • Amela, Víctor, Algunas cosas que he comprendido, Ediciones Deusto.
  • Amela, Víctor; Sanchís, Ima; Amiguet, Lluís, Haciendo la contra, Editorial Martínez Roca.
  • Aprile, Pino, Elogio del imbécil, Temas de hoy.
  • Assagioli, Roberto, El acto de voluntad, Ed. Trillas.
  • Aurobindo, La vida divina, Ed. Kier.
  • Bach, Richard, Joan Salvador Gavina, Javier Vergara Editor.
  • Bettelheim, Bruno, Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Crítica,
  • Bhagavad Gita, Bruguera, S.A.
  • Berne, Eric, ¿Qué dice usted después de decir hola?, Grijalbo.
  • Blay, Antonio, Ser, curso de psicología de la autorrealización, Indigo Ediciones.
  • Blay, Antonio, La personalidad creadora, índigo Ediciones.
  • Blay, Antonio, Creatividad y plenitud de vida, Iberia.
  • Carter-Scott, Chérie, El juego de la vida, Grijalbo.
  • Casas, Claudio, La paleta del pintor, mensajes gestálticos, Ediciones creativas
  • Chopra, Deepak, Las siete leyes espirituales del éxito, Edaf.
  • Coelho, Paulo, El alquimista, Ediciones Obelisco.
  • Cooper, Robert K., El otro 90 por ciento, Amat editorial.
  • Covey,Stephen R., Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, Paidós.
  • Cyrulnik, Boris, Los patitos feos, Gedisa editorial.
  • Dahlke, Rüdiger, y Dethlefsen, Thorwald, Las etapas críticas de la vida, Plaza Janés. 
           —, La enfermedad como camino, Plaza Janés.
  • De Bono, Edward, El pensamiento paralelo, Paidós plural.
  • De Mello, Anthony, El canto del pájaro, Sal Terrae.
          —, La oración de la rana, Sal Terrae.
          —, Un minuto para el absurdo, Sal Terrae.
  • Drucker, Peter, La gestión en un tiempo de grandes cambios, Edhasa.
  • Escribano, George, Analyse Transactionnelle et Psychologie Clinique., Psicom.
  • Fisher, Robert, El caballero de la armadura oxidada, Ediciones Obelisco.
  • Frankl, Viktor E., El hombre en busca de sentido, Ed. Herder.
  • Fromm, Erich, El arte de amar, Paidós.
  • Fromm, Erich, y Suzuki, Daisetz Teitaro, Budismo zen y psicoanálisis, Fondo de Cultura Económica de España, S. L.
  • George, Susan, Informe Lugano, Icaria Editorial e Intermón Oxfam.
  • Gibran, Khalil, La veu del mestre, Aquari.
  • Goleman, Daniel, Inteligencia Emocional, Kairós.
  • Handy, Charles, La edad de la paradoja: cómo afrontar los cambios del mundo, Ediciones Apostrofe, S. L.
  • Hendricks, Gay, y Ludeman, Kate, La nueva mística empresarial, Urano.
  • Hesse, Hermann, Demian, Alianza Editorial.
  • Huxley, Aldous, La filosofía perenne, Ed. Edhasa.
  • James, Muriel, y Jongeward, Dorothy, Nacidos para triunfar, Addison-Wesley Iberoamericana.
  • Jodorowsky, Alejandro, La danza de la realidad, Siruela.
           —, Psicomagia, Siruela.
           —, El Maestro y las Magas, Siruela.
           —, La sabiduría de los cuentos, Obelisco.
           —, El dedo y la luna, Obelisco.
           —, Piedras del camino, Obeüsco.
  • Kerstész, Imre, Un instante de silencio en el paredón, Herder.
  • Krishnamurti, La libertad primera y última, Ed. Edhasa.
  • Kübler-Ross, Elizabeth, La rueda de la vida, Ediciones B.
  • Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica.
  • Lao Tsé, Tao Te King, Arca de Sabiduría.
  • Marquier, Annie, El poder de elegir, Luciérnaga.
           —, La libertad de ser, Luciérnaga.
  • Martí, Miquel, Palabras de un maestro. Blay en síntesis, Ediciones índigo.
  • Maslow, Abraham, El hombre autorrealizado, Kairós.
           —, La personalidad creadora, Kairós.
  • Maugham, W. Somerset, El filo de la navaja, Plaza Janés.
  • Miller, Alice, El drama del niño dotado: en busca del verdadero yo, Tusquets.
          —, Por tu propio bien: raíces de la violencia en la educación del niño, Tusquets.
  • Moore, Thomas, El cuidado del alma, Urano.
  • Mountain Dreamer, Oriah, La invitación, Urano.
  • Nadal, Jordi, y Ruperti, Ventura, Meditando el Manegement, Gestión 2000.
  • Panikkar, Raimon, Invitació alasaviesa, Proa.
  • Prather, Hugh, Palabras a mí mismo, Cuatro Vientos.
  • Ramana Maharshi, La esencia del autoconocimiento, Ed. Yug.
  • Ribeiro, Lair, El éxito no llega por casualidad, Urano.
  • Rogers, Cari R„ El proceso de convertirse en persona, Paidós.
  • Saint-Exupéry, Antoine de, El principito, Alianza/Emecé.
  • Satir, Virginia, En contacto íntimo, Ediciones Neo-Person.
  • Scott Peck, M., Un camino sin huellas, Emecé.
  • Shah, Idries, Caravana de sueños, Kairós.
           —, La sabiduría de los idiotas, Arca de Sabiduría.
  • Siegel, Bernie S., Paz, amor y autocuración, Urano.
  • Steiner, Claude, Los guiones que vivimos, Kairós.
  • Upanishads, Arca de Sabiduría.
  • Vallés, Carlos G„ Al andar se hace camino, Sal Terrae.
  • Watts, Alan, La sabiduría de la inseguridad, Kairós.
  • Watzlawick, Paul; Weakland, John H., y Fisch, Richard, Cambio, Herder.
  • Whitman, Walt, Hojas de hierba, Alianza Editorial.
  • Wilber, Ken, El proyecto Atman, Ed. Kairós.
           —, Psicología integral, Ed. Kairós.

Y si quieres más, no dudes en escribirme a:
hbros@alexrovira.com

Hasta pronto.
Álex

P. D. Algunos libros son luz para el alma. Dice el provervio chino:

Si hay luz en el alma,
habrá belleza en la persona.
Si hay belleza en la persona,
habrá armonía en la casa.
Si hay armonía en la casa,
habrá orden en la nación.
Si hay orden en la nación,
habrá paz en el mundo.
Todo sea hecho por la paz en el mundo.

Extracto del libro: 
La brújula interior
Conocimiento y éxito duradero 
Álex Rovira Celma

domingo, 10 de julio de 2016

SEGUIREMOS EN CONTACTO


Posdata

Seguiremos en contacto.

«Hoy, antes del alba, subí a la colina, miré los cielos apretados de luminarias y le dije a mi espíritu: cuando conozcamos todos esos mundos y el placer y la sabiduría de todas las cosas que contienen, ¿estaremos tranquilos y satisfechos? Y mi espíritu dijo: no, ganaremos esas alturas sólo para seguir adelante.»
Walt Whitman

Ha sido un placer que me hayas acompañado hasta aquí; el libro acaba, la vida sigue.

Seguiremos andando, seguiremos buscando... Y quién sabe si algún día nos volveremos a encontrar. Gracias por tu compañía en este trecho.

Espero que estas cartas te hayan invitado a la reflexión, sea desde el acuerdo o desde el desacuerdo, pues lo importante es avanzar hacia un conocernos mejor.

Ojalá encuentres tu dirección y ...
.. .reconozcas en tu ser el hogar más confortable.

Ojalá sientas que te estás acercando o que ya estás en tu rumbo.

Ojalá encuentres en ti la capacidad de dirigir tu vida.

Ojalá encuentres tu brújula interior.

Porque entonces «nada tomarás ya nunca de segunda ni de tercera mano», como dice Walt Whitman en una de las citas que abren este übro.

«Tampoco contemplarás el mundo con mis ojos.
Ni tomarás las cosas de mis manos.»

Este texto me mostró algo muy importante: puedo quedarme contigo un día y una noche, pero luego partiré. Nacemos y morimos solos, y en ese trayecto que llamamos vida compartimos días y noches con otras personas.

Aquellos que nos hacen crecer son los que, como Whitman, nos acompañan y por amor nos enseñan a andar solos, a no ver la realidad con otros ojos que no sean los nuestros, a crear nuestra propia visión del mundo, a ser autónomos.

Nos enseñan que, aunque los libros son una gran ayuda, nuestra esencia, nuestra alma, se construye con las palabras de nuestra propia experiencia.

Nos enseñan a abrirnos a nosotros mismos y al universo a través del saber escuchar.

Y a establecer, desde nuestra sana individualidad, lazos con los demás. Lazos bellos y firmes, pero fáciles de deshacer, si es necesario. Lazos, y no nudos.

Me despido de ti con un saludo y un hasta siempre:

SALUDO A LA DIRECCIÓN QUE HAY EN TI.
SALUDO A TUS DESEOS, A TUS ANHELOS, A TUS PASIONES.
SALUDO A AQUEL QUE ES CAPAZ DE ENFRENTARSE A Si MISMO, CARA A CARA, BUSCANDO AQUELLA VERDAD QUE LLEVA A LA LIBERTAD.
SALUDO A TU NIÑO INTERIOR.
SALUDO A TU ANHELO DE REALIZACIÓN.
SALUDO A TU TALENTO SINGULAR.
SALUDO A TU CAPACIDAD DE VER LA OPORTUNIDAD DENTRO DE LA AMENAZA.
SALUDO A TU ESPONTANEIDAD, A TU INTIMIDAD Y A TU CONCIENCIA.
SALUDO A TU DESEO PROFUNDO E IMPULSOR.
SALUDO A TUS SUEÑOS, ILUSIONES Y ESPERANZAS.
SALUDO A TU CAPACIDAD DE EXTRAER LO MEJOR DE TU PASADO.
SALUDO A TU DESEO DE COMPARTIR TU CAMINO CON OTROS.
SALUDO A TU DESEO DE HACER UN MUNDO MEJOR.
SALUDO A TU GRATITUD.
SALUDO A TU INTELIGENCIA.
SALUDO A TU CORAZÓN.

Que el grito de la vida en tu interior sea amor para los que te rodean.

Álex

P. D. Escribió Somerset W. Maugham en El filo de la navaja: «El hombre siempre ha ansiado un Dios personal a quien acudir en su desgracia en busca de ánimos y de confortación. Quizás en un día aún lejanísimo una más clara visión le mostrará que debe buscar ánimos y confortación en la propia alma.Creo que o Dios está dentro de mí o no está en lugar alguno».

Y así lo creo yo también: o Dios está dentro de ti o no está en lugar alguno.


Extracto del libro: 
La brújula interior
Conocimiento y éxito duradero 
Álex Rovira Celma

lunes, 27 de junio de 2016

PARA SER UN BUEN JEFE SE REQUIERE EL TERCER CEREBRO


Carta 25

Para ser un buen jefe se requiere el tercer cerebro

«Nada prueba tan contundentemente la habilidad de un hombre para dirigir personas como la habilidad para dirigirse a sí mismo.»
Thomas Watson

«Trata a un hombre tal como es y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede llegar a ser y se convertirá en lo que puede llegar a ser.»
Goethe

Querido amigo/a:

¡Que tu luz brille por siempre, porque tú te lo mereces!

Qué hermosa declaración, ¿verdad? ¡Y qué práctica a la vez! Porque si tú brillas, tu luz me ilumina, me muestra, me da pistas.

Por este motivo es tan importante que sean muchos los seres humanos que vayan encontrando dirección y sentido, dando un nuevo y más alto techo a su vida y ofreciendo su luz al mundo.

Ocurre que, bajo mi manera de ver las cosas, hay una serie de recursos inherentes al ser humano que no son escasos en absoluto y que nunca han sido incorporados al acervo de activos y posibilidades de la especie humana desde una perspectiva económica.

El amor, la creatividad, el sentido común, la esperanza, la ilusión, la solidaridad y todos sus derivados son activos con una potencia de generación y de transformación de riqueza extraordinarias.

Decía Antoine de Saint-Éxupery que «el amor es la única cosa que crece cuando se reparte». ¡Y ése es el tipo de activos que hoy, aquí y ahora, nos hacen falta!

La frustración, la competencia, la lucha, la guerra existen como consecuencia del miedo y de asumir una especie de paranoia inconsciente en la que lo único que pretende el otro es perjudicarnos.

Es imprescindible que nos pongamos todos a pensar. Es fundamental que, además, empecemos a sentir. Y es sobre todo indispensable que nos creamos que somos capaces de modificar nuestras vidas y de desarrollar ese enorme potencial que llevamos dentro.

Día a día se realizan interesantes y sorprendentes avances científicos sobre el desarrollo del potencial humano. Los más recientes hallazgos en el mundo de la neurología son, por ejemplo, espectaculares.

Hoy se sabe que la inteligencia está distribuida por todo el cuerpo y que hay maneras diferentes de pensar a las que hemos asumido como convencionales y basadas en el cerebro. El neurólogo Robert K. Cooper, en su excepcional libro El otro 90 por ciento, apunta: «Siempre que tenemos una experiencia, ésta no va directamente al cerebro para poder reflexionar sobre ella, sino que el primer lugar al que va es a las redes neurológicas de la región intestinal y del corazón».

Has leído bien: ¡en el intestino y en el corazón hay neuronas o redes celulares que ejercen una función muy similar a la de las neuronas de nuestro cerebro!

Hoy ya se está hablando del «segundo cerebro» (el del intestino) y del «tercer cerebro» (el del corazón).

Los expertos que investigan sobre ello, especialmente Michael D. Gershon, de la Universidad de Columbia, afirman que en el conducto intestinal hay en torno a cien millones de neuronas, cifra superior a la que encontramos en la médula espinal. Lo más interesante es que este complejo circuito, aunque está conectado con el cerebro craneal, permite al intestino actuar independientemente, recordar, aprender e influir en nuestras percepciones y conductas.

Toda experiencia de vida crea lo que se ha dado en llamar un «sentimiento intestinal»: desde un leve hormigueo hasta un nudo en el estómago. Lo que ocurre es que la amplísima mayoría de la población no hemos sido educados para ponernos en contacto con ese sentimiento, y nuestro umbral de percepciones sólo se activa cuando la llamada de este segundo cerebro es muy fuerte.

El «tercer cerebro» es el del corazón... ¡El corazón tiene cerebro! ¡Qué buena noticia! Está constituido por más de 40.000 células nerviosas unidas a una compleja red de neurotransmisores. El cerebro del corazón es tan grande como muchas áreas del cerebro craneal.

El campo electromagnético del corazón es el más poderoso del cuerpo. Es, de hecho, unas 5.000 veces mayor que el campo que genera el cerebro y es medible incluso a tres metros de distancia. Al igual que el cerebro del intestino, actúa independientemente, aprende, recuerda y tiene pautas propias de respuesta a la vida.

Lo interesante, además, es que dispone de habilidades hasta ahora intuidas, pero todavía no demostradas científicamente. Las corazonadas, las fuertes intuiciones que se revelan como realidades ciertas, se generan en el corazón.

Hoy es ya reconocido por la medicina convencional occidental lo que se sabía hace miles de años por las técnicas de meditación orientales: que el ritmo del corazón (del cerebro del corazón) puede alterar la efectividad del pensamiento cerebral. De alguna manera, el corazón, más que la cabeza, es el principal protagonista de lo que vivimos.

Diversos autores que han profundizado en el estudio de este «tercer cerebro» sostienen que el ingenio, la iniciativa y la intuición nacen de él: este cerebro está más abierto a la vida y busca activamente una comprensión nueva e intuitiva de lo que más le importa a la persona en la vida.

Probablemente en el futuro se descubrirá que en él residen nuevas y desconocidas capacidades del ser humano relacionadas con lo que ya hoy se define como «las claves de la inteligencia emocional»: la empatia, la conciencia emocional de uno mismo, la transparencia, el optimismo, la iniciativa, la vocación de servicio, la inspiración, la alegría, la confianza en uno mismo, en los demás y en la vida, todo ese tipo de activos que harían de este mundo un lugar de abundancia y satisfacción.

En definitiva, las investigaciones realizadas por eminentes médicos tanto de la medicina occidental o tradicional como de lo que hoy se viene a llamar la medicina alternativa, afirman que el corazón funciona como una especie de radar personal que escruta en nuestro interior y en el exterior a la búsqueda de nuevas oportunidades y opciones de vida... Pero para tomar conciencia de ello, hay que estar atento a nuestro interior, hay que saber mirar y sobre todo escuchar y comprender a nuestro corazón.

Al hilo de esto, me parece evidente (aunque a muchos les cuesta entenderlo) que para ser un buen jefe es necesario tener un corazón inteligente. Ser humano es ser emocional. Somos seres emocionales. A los hombres supuestamente fuertes o se les acaba partiendo el corazón o hacen lo propio con el corazón de los demás.

Un buen jefe tiene conciencia de sí; sabe escucharse, sabe darse permisos, se permite ser «persona conscientemente competente», siente un respeto profundo hacia sí y hacia los demás.

Sólo con un buen corazón es posible crear buenos equipos, buenas organizaciones, buenas empresas. Empresas en las que el jefe sabe manifestar la pasión y los talentos de aquellos que trabajan con él.

Un buen jefe sólo puede serlo para los demás cuando lo es para sí mismo. Ésa es la clave del liderazgo.

Porque...

.. .no puedes conducir a los demás si eres incapaz de conducir tu propia vida;
.. .no puedes dar una dirección a la actividad de los demás si no puedes hacer lo propio con la tuya;
.. .no puedes escuchar honestamente a los demás cuando eres incapaz de escucharte;
.. .no puedes motivar a los demás si no sabes motivarte;
.. .no puedes solicitar la confianza de los demás si eres incapaz de confiar en ti;
.. .no puedes reconocer y respetar a los demás si no puedes reconocerte y respetarte;
.. .no puedes ser consciente y apreciar el valor de los demás si no puedes hacer lo propio con tu valor;
.. .no puedes perdonar los errores de los demás si, en el fondo, no eres capaz de perdonarte;
.. .no puedes exigir flexibilidad y capacidad de adaptación si no las tienes tú;
...no puedes exigir compromiso en los demás si no eres capaz de comprometerte;
.. .no puedes inspirar a los demás si eres incapaz de inspirarte a ti mismo;
.. .no puedes desarrollar los talentos y habilidades de los demás si eres incapaz de hacer lo propio con los tuyos;
.. .no puedes transmitir seguridad si te gobiernan tus miedos inconscientes;
.. .no puedes poner en práctica la empatia si no eres capaz de vivir a fondo todo el espectro de emociones que has reprimido a lo largo de tu vida;
.. .no puedes liderar honesta y sinceramente a otros si no eres capaz de liderarte a ti mismo;
.. .no puedes, en definitiva, emitir luz a los demás cuando no tienes ni para ti.

Porque si intentas ser un jefe sin serlo, generarás un engaño colectivo de consecuencias desastrosas... Es así, en el extremo, como muchos líderes políticos han acabado con las vidas de millones de seres humanos y como muchos presidentes de corporaciones han estafado y se han fundido los ahorros, e incluso las perspectivas de trabajo, de muchas buenas personas.

La profundidad y calidad de tus activos y competencias fija el límite del desarrollo que puedes generar en tu entorno. La profundidad y riqueza de tu pensamiento y de tus sentimientos marca el límite de tu desarrollo y del de aquellos a quienes diriges y te rodean.

Probablemente en el futuro, debido a los descubrimientos que te comentaba, habrá que redefinir el significado de las palabras pensamiento e inteligencia, y llevarlas hacia un territorio más amplio. Porque cabeza, corazón y piernas deben ir en una misma dirección para avanzar. De lo contrario andaremos dando tumbos, hacia delante o hacia atrás, pero sin avanzar. E incluso, como sucede muy frecuentemente, podemos llegar a partirnos en pedazos o a hacer lo propio con los que nos rodean.

Un buen jefe es un ser humano no sólo pensante, sino y sobre todo apasionado, intuitivo y amante.

Por eso te propongo que recuperemos al niño que llevamos dentro y que se quedó sordo de corazón hace tiempo.

El ejercicio no es fácil, de nuevo aparecen los ingredientes de la paciencia, de la perseverancia y del coraje de mirar hacia dentro, pero si no recorremos este camino, desde lo individual, acompañados por otros que han pasado y apoyados por otros que quieren pasar por él, hablando de ello sin miedos ni tapujos, el cambio no será posible. Las recetas de manual no sirven, porque el inconsciente gobierna.

Nos han enseñado a ignorar o a banalizar los signos de nuestro cuerpo y las voces de nuestro corazón. Los tapamos con analgésicos y con todo tipo de drogas (televisión incluida) para que dejen de molestar. Acallar al corazón y los signos que a través de él nos piden un cambio es la mejor manera de que nuestra vida se conduzca por la cabeza y por los mensajes programados. Si esto es así, el cambio real no es posible.

Vivimos en un mundo que a todas luces está enfermo. Enfermo de una especie de cáncer anclado en la ambición y en el sinsentido de la avaricia. 

Quizá porque me niego a renunciar a la utopía cada vez que veo a mis pequeños hijos, pienso que el cambio sólo llegará desde lo individual. Y en el cuerpo a cuerpo, en una firme y serena revolución silenciosa llamada a abrir mentes y corazones hacia la capacidad de vivir una vida plena asumiendo cada cual su propia responsabilidad. Una revolución espontánea y no coordinada.

Para ello, son imprescindibles buenos jefes: personas que asuman la responsabilidad de su propia vida teniendo en cuenta lo esencial que es el respeto del otro desde el amor bien entendido. Desde el sentimiento y no desde el sentimentalismo. Desde la asertividad y no desde la agresividad. Desde la perseverancia y la paciencia más que desde el falso milagro o el pelotazo. Desde el «enseñar a pescar» más que desde «el dar el pescado». Desde el diálogo sincero más que desde la prepotencia. Desde la relación entre iguales más que desde la postura del poder arrogante.

Porque a estas alturas del libro es el momento de decirlo: en el mundo hay millones de personas que sí tienen que ganarse la vida de verdad. Personas que han nacido en un entorno y circunstancias de pobreza, represión, abusos, explotación, ausencia de libertades, escasez de recursos y medios, carencia o deformación de información y de formación. Para que algún día ellos puedan llegar a plantearse que su vida no está perdida, y puedan escuchar sin sentir rabia, cinismo o ironía «que no tienen que ganarse la vida, porque su vida está ganada».

Para que esa masa crítica de la humanidad cuyo principal reto es sobrevivir pueda llegar a plantearse que su vida no está perdida, hace falta no sólo cabeza, sino sobre todo mucho corazón. «Un buen corazón y una buena mente: esto es lo que se necesita para ser un buen jefe», dijo Louis Farmer, un anciano indio onondaga. Hay algunos que lo saben ya hace tiempo, pero se les consideró salvajes y primitivos, y se les acalló por la fuerza. Volvamos a escucharles. Escucharles a ellos es escucharnos a nosotros mismos. La sabiduría reside en el silencio del fondo del corazón.

Recuperemos, respetemos, honremos y pongamos a trabajar a nuestro tercer cerebro, a nuestro corazón.

Álex

P. D. Un fragmento del libro La enfermedad como camino, de Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, dice así:

A pesar de todos los esfuerzos de los que aspiran a mejorar el mundo, nunca existirá un mundo perfectamente sano, sin conflictos ni problemas, sin fricciones ni disputas. Nunca existirá el ser humano completamente sano, sin enfermedad ni muerte, nunca existirá el amor que todo lo abarca, porque el mundo de las formas vive de las fronteras. Pero todos los objetivos pueden realizarse —por todos y en todo momento— por el que descubre la falsedad de las formas y en su conciencia es libre. En el mundo polar, el amor conduce a la esclavitud; en la unidad es libertad. El cáncer es síntoma de un amor mal entendido. El cáncer sólo respeta el símbolo del amor verdadero. El símbolo del amor verdadero es el corazón. ¡El corazón es el único órgano que no es atacado por el cáncer!

En un mundo con más corazón a todos los niveles, el cáncer, entendido no sólo como enfermedad del individuo, sino como metáfora de un proceso de auto destrucción a nivel de la especie humana, no tiene lugar.

Dice Antoine de Saint-Exupéry que «el verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar a otro para que sea quien es».

Y seguramente el amor es eso, el proceso de dirigir al otro hacia sí mismo, hacia quien en verdad es.

En eso, esencialmente, consiste ser un buen jefe.

Extracto del libro: 

La brújula interior
Conocimiento y éxito duradero 
Álex Rovira Celma

domingo, 15 de mayo de 2016

ESCRIBE UNA CARTA A TU INCONSCIENTE


Carta 24

Escribe una carta a tu inconsciente

«Sólo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado.»
Gandalf dirigiéndose a Frodo en El Señor de los Anillos, de J. R. R. Tolkien

Amigo/a:

Cuando un autor, un artista o un emprendedor inicia su proyecto, sólo tiene sus ideas y un papel en blanco. Necesita trasladar las ideas al papel para que empiecen a ser una realidad visible y tangible. El guión de una película, un proyecto empresarial, un evento, un libro, un cuadro o una canción aterrizan en la realidad gracias al acto de escribir. Todo sueño empieza a hacerse realidad cuando se expresa en palabras, cifras, esquemas, imágenes.

En esta carta te invito a que empieces a trabajar en la construcción de tus propósitos mediante un ejercicio muy simple. Puedes decidir llevarlo a cabo o no. Si no te apetece hacerlo, no pasa nada, siempre lo tendrás aquí. Pero me permito animarte a que lo hagas, ya que me consta, por la experiencia de muchas personas, que es de gran utilidad.

Te propongo que te escribas una carta, que dirijas una carta a tu inconsciente en la que expliques...

...cómo te sientes;
.. .lo que ya no quieres y estás dispuesto a cambiar;
.. .la vida que deseas y con qué intensidad quieres que se convierta en realidad;
.. .con qué recursos cuentas para conseguirlo...

Te propongo, en definitiva, que escribas una carta al jefe de tu vida que hay en ti, a tu propia dirección...

.. .a aquello que en verdad eres tú;
.. .a aquel lugar, a aquellas circunstancias, sensaciones y experiencias que quieres vivir;
...a tu deseo profundo e impulsor.

Suena extraño, ¿verdad?

Y suena extraño porque hemos perdido en gran medida la capacidad de dialogar con nosotros mismos. Por eso, es importante recurrir a la imaginación para vencer resistencias.

Te sugiero, por ejemplo, que te pongas en la piel del niño o la niña que escribe una carta a los Reyes Magos o a Papá Noel. Ahora podrías recuperar esa ilusión, aceptando, ya adulto, que esos Reyes Magos o ese Papá Noel eres tú. Que sólo tú puedes conseguir los regalos que deseas.

¿Y por qué es tan importante que escribas esta carta a tu inconsciente? Porque escribir una carta es un gesto de reconocimiento del otro, es manifiestar una apuesta por la intimidad y una esperanza de respuesta. Y cuando las palabras salen del corazón, son además un reflejo sincero de nuestros sentimientos en el momento de ser escritas.

Son muy pocos los que se escriben cartas a sí mismos contándose cómo se sienten y expresando abiertamente sus sentimientos y sus sanas ambiciones...

Menos son los que tienen el coraje de firmar una carta comprometiéndose con su propósito, diseñando una estrategia para su vida y asumiendo el papel de estrategas de su destino.

Como sabes, un estratega es alguien que hace básicamente tres cosas: planificar, dirigir y asignar recursos. Y una estrategia no es más que un plan de actuación. Te propongo, por tanto, que las cartas que en adelante te escribas como plan de realización de tus deseos consten de los siguientes elementos:

1. Descripción de los motivos del cambio.
2. Elaboración del listado de tus deseos.
3. Recursos necesarios para su consecución.
4. Tiempo estimado de realización.
5. Compromiso de realización.

Vamos por partes.

1. Descripción de los motivos del cambio.

Consiste en expresar y enumerar detalladamente las circunstancias que motivan el anhelo de cambio de uno o varios aspectos de tu vida.

Háblate desde el corazón... Ábrete cuanto puedas y sé sincero. Escribe como si el destinatario fuera una persona a la que amas profundamente, de tu total confianza, que sabes que te va a dedicar tiempo, atención y cariño en la lectura.

Es importante que enumeres aquello que quieres eliminar de tu vida. Aquello que ya no quieres llevar en la mochila, que te sobra, que ya no aguantas más. Aquello que si desapareciera mañana haría que te sintieras sumamente feliz.

2. Elaboración del listado de tus deseos.

Llegamos a la esencia de la carta: dejar por escrito cuáles son tus deseos más profundos, los que te impulsan al cambio. Hacer visible el deseo es hacer visible parte de tu inconsciente, por lo que en definitiva le estás abriendo la puerta de entrada al que será tu principal aliado.

Escribe desde lo más profundo de tus anhelos. Déjate llevar por lo que salga, escribe todo lo te venga a la mente, escribe y escribe hasta que sientas que no tienes nada más que decir, sin restricciones ni censuras de ningún tipo. En este punto quiero ofecerte unas recomendaciones concretas:

—Expresa tus deseos en positivo, evita las fórmulas en las que aparezca un «no». Simplemente dales la vuelta. Sustituye, por ejemplo, «no quiero hacer tal cosa» por «deseo hacer tal otra».

—Concreta el deseo, especifícalo. Descríbelo como si ya estuviese realizado al detalle, imaginando nítidamente cómo se convierte en realidad y cómo te sientes tú viviendo en esa situación.

—No hagas objeto de deseo a otras personas. Cada cual vive su vida. Cada cual tiene su propia dirección. Ésta es una carta dirigida a ti, no una carta para manipular a nadie. Es mágica en la medida en que puede transformarte a ti, pero no a los demás. Al cambiar tú, cambiará tu manera de relacionarte con los demás, eso es todo. Y es más que suficiente.

—Y recuerda: tu inconsciente es como un niño, te escucha si le hablas con humor, con emociones, con ilusión, con suavidad, con ternura, como si le contaras un cuento de lo que va a ser tu vida.

3. Recursos necesarios para la consecución de esos deseos.

Para elaborar una estrategia práctica y realista debes partir de una visión lo más objetiva posible de tu situación aquí y ahora. Y para ello es necesario, por encima de todo, que no te engañes. Ni por exceso ni por defecto. Que hagas tu análisis, que te conozcas bien y que reconozcas los recursos internos y externos de que dispones para llevar a cabo tus sueños. Recursos que están dentro y fuera de tu piel y que son el resultado de todo lo que has vivido hasta ahora.

Te darás cuenta de que dispones de muchos de ellos: ilusión, curiosidad, empatia, intuición, entusiasmo, experiencia, creatividad, valentía, espontaneidad, sentido del humor, simpatía, ternura, fuerza, carisma, inteligencia... y tantos otros que podríamos citar.

Tú tienes un enorme bagaje de recursos internos. No los ignores ni les quites importancia, ya que acostumbran a ser muchos y más potentes de lo que imaginas.

Recuerda también que dispones de un recurso externo poderosísimo: darte permiso para pedir ayuda, para contactar y contar con otras personas. Muy a menudo el recurso con mayor capacidad de transformación en el corto plazo es la capacidad de confiar en otro: tu pareja, tus amigos, tus familiares, tus hijos o un profesional pueden ser la ayuda ideal en este proceso.

Y tienes un recurso fantástico: tu imaginación. Empléala para que te dé respuestas en forma de más recursos: desde objetos hasta personas que sean una ayuda en tu estrategia.

Elabora una lista con todos estos recursos, los de dentro y los de fuera. De repente, verás mucho más fácil y posible que tu estrategia se materialice.

4. Tiempo estimado de realización.

Pon un plazo concreto y razonable para la realización de los deseos de tu carta, una fecha en la que creas que serán alcanzados. Poniendo una fecha refuerzas tu compromiso. Una vez fijada, el tiempo empieza a contar... con lo que sólo queda comprometerse y empezar a andar...

5. Compromiso de realización.

El último punto es el más importante de todos. Para que sea útil y real, una estrategia requiere un firme compromiso para ser llevada a cabo. Requiere una firma.

Sin firma no hay compromiso, aquello que has escrito no te pertenece. La estrategia entonces se convierte en una mera fantasía, en una ilusión con fecha de caducidad que desemboca en una desilusión inevitable.

Porque la desilusión acostumbra a ser la consecuencia lógica y natural de una ilusión no perseguida tenazmente, o sea, sin compromiso.

Firmar la carta implica que te comprometes con tus deseos, que eres tú quien los ha plasmado en el papel y quien los hará realidad...

Y, sobre todo, supone que pones fe en ello. Que confías en que se realizarán. O lo que es lo mismo, que confías en ti.

Es muy importante que a tu inconsciente le quede eso muy claro, que vea certeza y determinación en tu propósito.

Que tu niño interior vea claramente que tu adulto de hoy apuesta por sus deseos.

Acaba la carta con tu compromiso, algo así como:

«Declaro que voy a generar, merecer y obtener la realización de estos deseos en tal fecha».

Revísala periódicamente. No la olvides. Recuerda que una vez firmada es como un compromiso con tu principal cliente, que eres tú.

Si no crees de verdad que llevarás a cabo el compromiso de ir a por tus deseos, no hagas la carta, y sobre todo no la firmes. No juegues con tus propias expectativas: sé una persona honesta, realista y respetuosa con lo pactado.

Por supuesto, el mero hecho de escribir la carta no cambiará de repente tu vida. La carta es una apuesta de ti por ti, y eres tú el que tiene que moverse para ganarla. La carta es la estrategia, el mapa, pero la realidad la construirás tú día a día. Con ilusión y perseverancia.

En definitiva, este ejercicio está pensado para activar tu inconsciente y generar en ti una actitud positiva ante la vida.

Porque al final, el cambio no es más que...

...percepciones y actitudes positivas trabajando en una misma dirección...
.. .movidas por el deseo...
.. .y con el apoyo de todo el poder de tu inconsciente.

Ten la carta cerca de ti, a mano, o bien expuesta en el lugar en que pases más tiempo. En tu mesa de noche, en tu despacho, en tu cartera o colgada en tu habitación, en cualquier lugar donde la encuentres y la puedas leer con cierta frecuencia.

Repásala antes de tus momentos de silencio o meditación. Repásala también antes de acostarte y al levantarte por la mañana.

Esta carta activará en ti lo que los psicólogos conocen como «la profecía que se autocumple».

Además, con la firma de la carta se pondrá en marcha «el principio de sintonización». Verás que si tu propósito es firme, empezará a actuar el «principio de atracción de lo semejante» y se generarán situaciones que favorecerán tus deseos.

Puede parecerte algo esotérico, pero en realidad es una cuestión de sintonización: dependiendo de la frecuencia con que emites, la vida te responde.

Y ten la suficiente inteligencia para redefinir la estrategia cuantas veces sea, si lo crees necesario.

No conviene ser rígido en tus propósitos. Porque a medida que vayas avanzando será imprescindible que vayas modificando.

Date el permiso de cambiar, de redefinir, de mandarte muchas cartas a lo largo de tu vida... Ya que lo que deseas hoy es muy posible que sea distinto, en parte o en todo, a lo que desearás dentro de veinte años.

Vive tu vida. Vive la vida que eres capaz de imaginar...

ESCRIBE CARTAS A TU DIRECCIÓN.

¡Las estás esperando desde hace tiempo!

Un afectuoso abrazo.
Álex

P. D. Dijo Stephen R. Covey: «Y puedo cambiar. Puedo vivir a partir de mi imaginación y no de mi memoria. Puedo relacionarme con mi potencial ilimitado en lugar de hacerlo con mi pasado limitador. Puedo convertirme en mi propio creador.»


Extracto del libro: 
La brújula interior
Conocimiento y éxito duradero 
Álex Rovira Celma