lunes, 30 de abril de 2018

TAO TE KING: PRINCIPIO 39







De los que alcanzaron el Uno.





El Cielo alcanzó el Uno, purificándose.


La Tierra alcanzó el Uno, y cristalizó.





Los Dioses alcanzaron el Uno, y se hicieron poderosos.


El Valle alcanzó el Uno, y se llenó.





Todas las cosas alcanzaron el Uno, y nacieron.


Los reyes y príncipes alcanzaron el Uno,


y se convirtieron en modelos para el mundo.





Todo esto lo creó el Uno.





Si el Cielo no se purificara por el Uno, estallaría.


Si la Tierra no cristalizara por él, temblaría.





Si los Dioses no tuvieran potencia,


no serían más que piedra.





Si el Valle no se llenara, se agotaría.


Si las cosas no hubieran nacido del Uno,


se extinguirían. Si no fuera él quien eleva a reyes y


príncipes, caerían.





La raíz de lo noble es lo humilde.


En la base de lo elevado está lo bajo.





Reyes y príncipes se llaman a sí mismos:


Solitario, Huérfano, Nimio.





De esta manera señalan que su raíz es lo humilde.


¿Acaso no es así?





Sin todas las partes componentes no hay carro. No


desees el brillo resplandeciente de la joya, sino la


aspereza de la piedra bruta.









Extracto del libro:



Lao-Tsé


Tao Te King


Fotografía tomada de internet



TAO TE KING: PRINCIPIO 39


De los que alcanzaron el Uno.

El Cielo alcanzó el Uno, purificándose.
La Tierra alcanzó el Uno, y cristalizó.

Los Dioses alcanzaron el Uno, y se hicieron poderosos.
El Valle alcanzó el Uno, y se llenó.

Todas las cosas alcanzaron el Uno, y nacieron.
Los reyes y príncipes alcanzaron el Uno,
y se convirtieron en modelos para el mundo.

Todo esto lo creó el Uno.

Si el Cielo no se purificara por el Uno, estallaría.
Si la Tierra no cristalizara por él, temblaría.

Si los Dioses no tuvieran potencia,
no serían más que piedra.

Si el Valle no se llenara, se agotaría.
Si las cosas no hubieran nacido del Uno,
se extinguirían. Si no fuera él quien eleva a reyes y
príncipes, caerían.

La raíz de lo noble es lo humilde.
En la base de lo elevado está lo bajo.

Reyes y príncipes se llaman a sí mismos:
Solitario, Huérfano, Nimio.

De esta manera señalan que su raíz es lo humilde.
¿Acaso no es así?

Sin todas las partes componentes no hay carro. No
desees el brillo resplandeciente de la joya, sino la
aspereza de la piedra bruta.


Extracto del libro:
Lao-Tsé
Tao Te King
Fotografía tomada de internet

LA MEDITACIÓN VA TRAS DE TI






LA MEDITACIÓN VA TRAS DE TI


domingo, 29 de abril de 2018

EL LIBERADO-VIVIENTE Y EL BUSCADOR








Un buscador espiritual viajó a la India en su afán por encontrar y entrevistar a un verdadero iluminado, a un jivanmukta o liberado-viviente. 





Viajó durante meses por el país. Se trasladó de los Himalayas al cabo de la Virgen, del estado de Maharahstra al de Bengala. Recorrió montañas, dunas, desiertos, ciudades y pueblos. 





Recabó mucha información y, por fin, halló, según todos los testimonios, un verdadero hombre realizado. Por fin, podría llevar a cabo su ansiado encuentro. 





El graznido de los cuervos quebraba el silencio de una tarde apacible y dorada. El hombre realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El visitante lo saludó cortésmente, se sentó a su lado y preguntó: 





--Antes de que usted hallase la realización, ¿se deprimía? 





--Sí, claro, a veces -repuso tranquilamente el jivanmukta. 





El buscador hizo una segunda pregunta: 





--Dígame, y ahora, después de su iluminación, ¿se deprime a veces? 





Una leve y hermosa sonrisa se dibujó en los labios del jivanmukta. Penetró con sus límpidos ojos los de su interlocutor y contestó: 





--Sí, claro, a veces, pero ya ni me importa ni me incumbe. 





***





El Maestro dice:

Cuando cesa la identificación con tus procesos psicomentales, ya nada puede encadenarte ni implicarte. Eres como un bambú vacío por el que libremente circula la energía universal.











Tomado del libro:



101 Cuentos clásicos de la India


Recopilación de Ramiro Calle


Fotográfía de Internet



EL LIBERADO-VIVIENTE Y EL BUSCADOR


Un buscador espiritual viajó a la India en su afán por encontrar y entrevistar a un verdadero iluminado, a un jivanmukta o liberado-viviente. 

Viajó durante meses por el país. Se trasladó de los Himalayas al cabo de la Virgen, del estado de Maharahstra al de Bengala. Recorrió montañas, dunas, desiertos, ciudades y pueblos. 

Recabó mucha información y, por fin, halló, según todos los testimonios, un verdadero hombre realizado. Por fin, podría llevar a cabo su ansiado encuentro. 

El graznido de los cuervos quebraba el silencio de una tarde apacible y dorada. El hombre realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El visitante lo saludó cortésmente, se sentó a su lado y preguntó: 

--Antes de que usted hallase la realización, ¿se deprimía? 

--Sí, claro, a veces -repuso tranquilamente el jivanmukta. 

El buscador hizo una segunda pregunta: 

--Dígame, y ahora, después de su iluminación, ¿se deprime a veces? 

Una leve y hermosa sonrisa se dibujó en los labios del jivanmukta. Penetró con sus límpidos ojos los de su interlocutor y contestó: 

--Sí, claro, a veces, pero ya ni me importa ni me incumbe. 

***

El Maestro dice:
Cuando cesa la identificación con tus procesos psicomentales, ya nada puede encadenarte ni implicarte. Eres como un bambú vacío por el que libremente circula la energía universal.



Tomado del libro:
101 Cuentos clásicos de la India
Recopilación de Ramiro Calle
Fotográfía de Internet

LA DIFERENCIA






LA DIFERENCIA


sábado, 28 de abril de 2018

LA RISA







Javier Villafañe y Jorge Valdano habían almorzado juntos en un bodegón de Zaragoza. Ya se estaban yendo, cuando el viejo Javier se golpeó la frente: de un brinco regresó a la mesa y vació, a sorbitos lentos, la copa que había quedado a medio tomar. Mientras Javier bebía aquel resto, porque es pecado dejar vino y porque nunca se sabe si será el último trago, escuchó risas que venían de la cocina. 





Habían comido muy bien, un almuerzo que era obra de maestría, y Javier decidió que Valdano y él no podían irse sin dar las gracias al autor. En la puerta de la cocina apareció un hombre tamaño niño, chiquito y solar, un fulgor metido dentro de un inmenso gorro de cocinero. Javier no sabía si felicitarlo o llevárselo para su teatro de títeres. 





—Aquí nos divertimos cocinando —dijo el diminutito. Y añadió, orgulloso: 





—A los platos se les nota el buen humor. 





Y dijo que hay que cuidarse, porque la gente cree que las malas ondas entran por los codos y las rodillas, pero no: entran por la boca.







Tomado de:


Cuentos de Galeano en la Jornada

Eduardo Galeano

Fotografía de internet


LA RISA


Javier Villafañe y Jorge Valdano habían almorzado juntos en un bodegón de Zaragoza. Ya se estaban yendo, cuando el viejo Javier se golpeó la frente: de un brinco regresó a la mesa y vació, a sorbitos lentos, la copa que había quedado a medio tomar. Mientras Javier bebía aquel resto, porque es pecado dejar vino y porque nunca se sabe si será el último trago, escuchó risas que venían de la cocina. 

Habían comido muy bien, un almuerzo que era obra de maestría, y Javier decidió que Valdano y él no podían irse sin dar las gracias al autor. En la puerta de la cocina apareció un hombre tamaño niño, chiquito y solar, un fulgor metido dentro de un inmenso gorro de cocinero. Javier no sabía si felicitarlo o llevárselo para su teatro de títeres. 

—Aquí nos divertimos cocinando —dijo el diminutito. Y añadió, orgulloso: 

—A los platos se les nota el buen humor. 

Y dijo que hay que cuidarse, porque la gente cree que las malas ondas entran por los codos y las rodillas, pero no: entran por la boca.

Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet

FELICIDAD E INFELICIDAD






FELICIDAD E INFELICIDAD


viernes, 27 de abril de 2018

¿QUÉ, A QUIÉN ESTÁS ESPERANDO?







He oído contar esto:





En un remoto campo de entrenamiento, un escuadrón de reclutas acababa de volver a su alojamiento tras un día de marcha bajo el ardiente sol.





-¡Qué vida ésta! -dijo un soldado novato-. A kilómetros de cualquier parte, un sargento que se cree Atila, sin mujeres, sin alcohol, sin permisos... y para colmo, mis botas son dos números más pequeñas.





-No tienes por qué aguantar eso, tío -dijo un compañero-. ¿Por qué no te pones otras botas?





-¿Para qué? -replicó el otro-. ¡Quitármelas es el único placer que tengo!





¿Qué más tienes que poner en juego? Sólo tu infelicidad. El único placer que tienes es hablar de ella. Fíjate en la gente cuando habla de su infelicidad, lo contentos que se ponen. Pagan por eso; van a los psicoanalistas para hablar sobre su infelicidad y pagan por ello. Alguien los escucha con atención, y ellos encantados.





La gente no para de hablar de su infelicidad, incluso exageran, la adornan, para que parezca mayor. La hacen parecer mayor de lo que es en la realidad. ¿Por qué? No tienes nada que jugarte excepto tu infelicidad, pero la gente se aferra a lo conocido, a lo familiar. Lo único que han conocido es la infelicidad; es su vida. No tienen nada que perder, pero tienen miedo de perderlo.





Tal y como yo lo veo, la felicidad es lo primero, la alegría es lo primero. Una actitud festiva es lo primero, una filosofía de afirmación de la vida. ¡Disfruta! Si no disfrutas con tu trabajo, cambia de trabajo. No esperes, porque todo el tiempo que esperas estás esperando a Godot, y Godot no llegará nunca. Esperando malgastarás tu vida. ¿Qué, a quién estás esperando?





Si comprendes que eres desgraciado siguiendo cierta forma de vida, y todas las viejas tradiciones dicen que tú estás equivocado, lo que yo digo es que lo equivocado es esa forma de vida. Intenta comprender la diferencia. Tú no estás equivocado; lo equivocado es tu forma de vida, la manera de vivir que has aprendido. Las motivaciones que has aprendido y aceptado como tuyas no son tuyas; no cumplen tu destino. Van contra tus principios, van contra tu elemento.





Recuérdalo: nadie puede decidir por ti. Todos sus mandamientos, toda su moralidad sólo sirven para inutilizarte. Tienes que decidir por ti mismo, tienes que tomar tu propia vida en tus manos. En otro caso, la vida llamará a tu puerta y tú no estarás allí; siempre estarás en otra parte.





Si ibas a ser bailarín, la vida sale de esa puerta porque la vida piensa que ya deberías ser bailarín. Llama a esa puerta, pero tú no estás: eres banquero. ¿Cómo iba a saber la vida que serías banquero? La vida llega a ti de la forma que tu naturaleza quería que fueras; solamente conoce la dirección, pero nunca te encuentra allí, porque estás en otra parte, ocultándote tras la máscara de otro, con el atuendo de otro, con el nombre de otro. La existencia sigue buscándote. Conoce tu nombre, pero tú has olvidado ese nombre. Conoce tu dirección, pero tú nunca has vivido en esa dirección. Te has dejado distraer por el mundo.







Bibliografía: 



Alegría: Osho


Fotografía tomada de internet


¿QUÉ, A QUIÉN ESTÁS ESPERANDO?


He oído contar esto:

En un remoto campo de entrenamiento, un escuadrón de reclutas acababa de volver a su alojamiento tras un día de marcha bajo el ardiente sol.

-¡Qué vida ésta! -dijo un soldado novato-. A kilómetros de cualquier parte, un sargento que se cree Atila, sin mujeres, sin alcohol, sin permisos... y para colmo, mis botas son dos números más pequeñas.

-No tienes por qué aguantar eso, tío -dijo un compañero-. ¿Por qué no te pones otras botas?

-¿Para qué? -replicó el otro-. ¡Quitármelas es el único placer que tengo!

¿Qué más tienes que poner en juego? Sólo tu infelicidad. El único placer que tienes es hablar de ella. Fíjate en la gente cuando habla de su infelicidad, lo contentos que se ponen. Pagan por eso; van a los psicoanalistas para hablar sobre su infelicidad y pagan por ello. Alguien los escucha con atención, y ellos encantados.

La gente no para de hablar de su infelicidad, incluso exageran, la adornan, para que parezca mayor. La hacen parecer mayor de lo que es en la realidad. ¿Por qué? No tienes nada que jugarte excepto tu infelicidad, pero la gente se aferra a lo conocido, a lo familiar. Lo único que han conocido es la infelicidad; es su vida. No tienen nada que perder, pero tienen miedo de perderlo.

Tal y como yo lo veo, la felicidad es lo primero, la alegría es lo primero. Una actitud festiva es lo primero, una filosofía de afirmación de la vida. ¡Disfruta! Si no disfrutas con tu trabajo, cambia de trabajo. No esperes, porque todo el tiempo que esperas estás esperando a Godot, y Godot no llegará nunca. Esperando malgastarás tu vida. ¿Qué, a quién estás esperando?

Si comprendes que eres desgraciado siguiendo cierta forma de vida, y todas las viejas tradiciones dicen que tú estás equivocado, lo que yo digo es que lo equivocado es esa forma de vida. Intenta comprender la diferencia. Tú no estás equivocado; lo equivocado es tu forma de vida, la manera de vivir que has aprendido. Las motivaciones que has aprendido y aceptado como tuyas no son tuyas; no cumplen tu destino. Van contra tus principios, van contra tu elemento.

Recuérdalo: nadie puede decidir por ti. Todos sus mandamientos, toda su moralidad sólo sirven para inutilizarte. Tienes que decidir por ti mismo, tienes que tomar tu propia vida en tus manos. En otro caso, la vida llamará a tu puerta y tú no estarás allí; siempre estarás en otra parte.

Si ibas a ser bailarín, la vida sale de esa puerta porque la vida piensa que ya deberías ser bailarín. Llama a esa puerta, pero tú no estás: eres banquero. ¿Cómo iba a saber la vida que serías banquero? La vida llega a ti de la forma que tu naturaleza quería que fueras; solamente conoce la dirección, pero nunca te encuentra allí, porque estás en otra parte, ocultándote tras la máscara de otro, con el atuendo de otro, con el nombre de otro. La existencia sigue buscándote. Conoce tu nombre, pero tú has olvidado ese nombre. Conoce tu dirección, pero tú nunca has vivido en esa dirección. Te has dejado distraer por el mundo.

Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet

INCONSCIENTES










INCONSCIENTES



jueves, 26 de abril de 2018

PRISIÓN MENTAL






PRISIÓN MENTAL


EL ANCIANO Y EL NIÑO







Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. 





Llegaron a una aldea caminando junto al asno y, al pasar por ella, un grupo de mozalbetes se rió de ellos, gritando: 





--¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro. 





Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Dijeron: 





--¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y pobre niño caminando. 





Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. 





Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados: 





--¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante? 


El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. 





—¡Qué vergüenza! 





Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar: 





--¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal! 





El anciano y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando: 





--Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. 





!Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos! 





De repente, el burro se revolvió, se precipitó en un barranco y murió. 





***





El Maestro dice: Si escucháis las opiniones de los demás, acabaréis muertos como este burro. Cerrad los oídos a la opinión ajena. Que aquello que los demás censuran te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón y no te pierdas en opiniones ajenas. 









Tomado del libro:


101 Cuentos clásicos de la India


Recopilación de Ramiro Calle


Fotográfía de Internet


EL ANCIANO Y EL NIÑO


Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. 

Llegaron a una aldea caminando junto al asno y, al pasar por ella, un grupo de mozalbetes se rió de ellos, gritando: 

--¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro. 

Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Dijeron: 

--¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y pobre niño caminando. 

Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. 

Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados: 

--¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante? 
El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. 

—¡Qué vergüenza! 

Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar: 

--¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal! 

El anciano y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando: 

--Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. 

!Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos! 

De repente, el burro se revolvió, se precipitó en un barranco y murió. 

***

El Maestro dice: Si escucháis las opiniones de los demás, acabaréis muertos como este burro. Cerrad los oídos a la opinión ajena. Que aquello que los demás censuran te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón y no te pierdas en opiniones ajenas. 


Tomado del libro:
101 Cuentos clásicos de la India
Recopilación de Ramiro Calle
Fotográfía de Internet

COSAS QUE NO CREAN RIQUEZA








COSAS QUE NO CREAN RIQUEZA


miércoles, 25 de abril de 2018

APRENDER A ESTAR ALERTA A SER CONSCIENTE







Si tienes que aprender algo, es a estar alerta, a ser consciente de tus motivaciones internas, de tu destino interior. Nunca lo pierdas de vista, o serás desgraciado. Y cuando seas desdichado, la gente te dirá: «Medita y serás feliz». Te dirán: «Reza y serás feliz; ve al templo, sé religioso, hazte cristiano o hindú y serás feliz». Tonterías. Sé feliz, y después vendrá la meditación. Sé feliz, y la religiosidad vendrá después. La felicidad es la condición fundamental.





Pero las personas sólo se hacen religiosas cuando son desdichadas; entonces la religión es seudorreligión. Intenta comprender por qué eres desdichado. Muchas personas vienen a mí y me cuentan que son desdichadas y quieren que les enseñe a meditar. Yo digo que lo primero es comprender por qué se es desdichado. Si no eliminas esas causas básicas de tu infelicidad, podrás meditar, pero no te ayudará mucho, porque las causas básicas seguirán ahí.





Una mujer podría haber sido una bailarina fantástica y está en una oficina, fichando. No le queda tiempo para el baile. Alguien podría haber disfrutado bailando bajo las estrellas, pero ahora se dedica a engrosar su cuenta bancaria. Y estas personas dicen que son infelices: «Enséñame una forma de meditación que pueda seguir». Puedo enseñarla, pero ¿qué conseguirá con esa meditación? ¿De qué servirá? Seguirán siendo las mismas personas, acumulando dinero, compitiendo en el mercado. La meditación puede ayudarlas a estar un poco más relajadas para que hagan esas tonterías incluso mejor.





Puedes repetir un mantra, puedes hacer cierto tipo de meditación; puede ayudarte un poquito en esto o aquello, pero sólo puede ayudarte a seguir siendo lo que eres. No es una transformación.





Por tanto, mi propuesta es para los realmente osados, para los temerarios que están dispuestos a cambiar su forma de vida, que están dispuestos a jugárselo todo porque en realidad no hay nada que jugarse: sólo su felicidad, su infelicidad. Pero la gente se aferra incluso a eso.







Bibliografía: 



Alegría: Osho


Fotografía tomada de internet


APRENDER A ESTAR ALERTA A SER CONSCIENTE


Si tienes que aprender algo, es a estar alerta, a ser consciente de tus motivaciones internas, de tu destino interior. Nunca lo pierdas de vista, o serás desgraciado. Y cuando seas desdichado, la gente te dirá: «Medita y serás feliz». Te dirán: «Reza y serás feliz; ve al templo, sé religioso, hazte cristiano o hindú y serás feliz». Tonterías. Sé feliz, y después vendrá la meditación. Sé feliz, y la religiosidad vendrá después. La felicidad es la condición fundamental.

Pero las personas sólo se hacen religiosas cuando son desdichadas; entonces la religión es seudorreligión. Intenta comprender por qué eres desdichado. Muchas personas vienen a mí y me cuentan que son desdichadas y quieren que les enseñe a meditar. Yo digo que lo primero es comprender por qué se es desdichado. Si no eliminas esas causas básicas de tu infelicidad, podrás meditar, pero no te ayudará mucho, porque las causas básicas seguirán ahí.

Una mujer podría haber sido una bailarina fantástica y está en una oficina, fichando. No le queda tiempo para el baile. Alguien podría haber disfrutado bailando bajo las estrellas, pero ahora se dedica a engrosar su cuenta bancaria. Y estas personas dicen que son infelices: «Enséñame una forma de meditación que pueda seguir». Puedo enseñarla, pero ¿qué conseguirá con esa meditación? ¿De qué servirá? Seguirán siendo las mismas personas, acumulando dinero, compitiendo en el mercado. La meditación puede ayudarlas a estar un poco más relajadas para que hagan esas tonterías incluso mejor.

Puedes repetir un mantra, puedes hacer cierto tipo de meditación; puede ayudarte un poquito en esto o aquello, pero sólo puede ayudarte a seguir siendo lo que eres. No es una transformación.

Por tanto, mi propuesta es para los realmente osados, para los temerarios que están dispuestos a cambiar su forma de vida, que están dispuestos a jugárselo todo porque en realidad no hay nada que jugarse: sólo su felicidad, su infelicidad. Pero la gente se aferra incluso a eso.

Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet

INICIO Y FIN DE LAS TORMENTAS






INICIO Y FIN DE LAS TORMENTAS


martes, 24 de abril de 2018

¿CUÁNTAS PERSONAS SE NECESITAN PARA HACER DE SU VIDA UNA PRÁCTICA ESPIRITUAL?







Supongo que se necesitan dos para hacer de una relación una práctica espiritual, como usted sugiere. Por ejemplo, mi pareja todavía actúa según los viejos patrones de celos y control. Le he señalado eso muchas veces, pero es incapaz de verlo. 





¿Cuántas persona se necesitan para hacer de su vida una práctica espiritual? No importa si su pareja no quiere cooperar. La salud mental -la conciencia- sólo puede llegar a este mundo a través de usted. Usted no necesita esperar a que el mundo se vuelva cuerdo, o a que otro se vuelva consciente, para ser usted un ilu­minado. Podría llegar a esperar por siempre. No acuse a los demás de ser inconscientes. En el momento en que usted comienza a discutir, se ha identificado con una posición mental y está defendiendo no sólo esa posición sino también su sentido de sí mismo. El ego entra a la carga. Usted se ha vuelto inconsciente. A veces puede ser apropiado señalar ciertos aspectos de la conducta de su cónyuge. Si usted está muy alerta, muy presente, puede hacer eso sin involucrar el ego, sin culpar, acusar o hacer daño al otro. Cuando su compañero actúa inconscientemente, abandone todo juicio. El juicio es, o bien confundir la conducta de alguien con quien es esa persona o proyectar la propia inconsciencia en otra persona y confundir eso con lo que es ella. Abandonar el juicio no significa que usted no reconozca la disfunción y la inconsciencia cuando la vea. Significa ser "el que conoce" en lugar de "ser la reacción" y el juez. Entonces, o bien usted estará totalmente libre de reacción o reaccionará y aún será el que conoce, el espacio en el que la reacción se observa y se le permite ser. En lugar de luchar contra la oscuridad, usted trae la luz. En lugar de reaccionar al error, usted lo ve y sin embargo al mismo tiempo mira a través de él. Ser el que conoce crea un espacio claro de presencia amorosa que permite a todas las cosas y a todas las personas ser como son. No existe mayor catalizador para la transformación. Si usted practica esto, su compañero no puede quedarse con usted y permanecer inconsciente. 





Si ambos están de acuerdo en que la relación será su práctica espiritual, mucho mejor. Entonces pueden expresar sus pensamientos y sentimientos mutuamente tan pronto como ocurran, o tan pronto como una reacción surja, de modo que no crean una brecha de tiempo en la que una emoción o una queja se encone y crezca. Aprenda a dar expresión a lo que siente sin acusar. Aprenda a escuchar a su compañero en una forma abierta, no defensiva. Déle espacio para expresarse. Esté presente. Acusar, defenderse, atacar, todos esos patrones diseñados para fortalecer o proteger el ego o para llenar sus necesidades se volverán inoficiosos. Dar espacio a los demás -y a usted mismo- es vital. El amor no puede florecer sin ello. Cuando usted ha suprimido los dos factores que destruyen las relaciones, cuando el cuerpo del dolor se ha transmutado y usted ya no está identificado con la mente y con las posiciones mentales, y si su pareja ha hecho lo mismo, usted experimentará la felicidad del florecimiento de la relación. En lugar de reflejar el uno en el otro su sufrimiento y su incons­ciencia, en lugar de satisfacer sus mutuas necesidades adictivas del ego, reflejarán mutuamente el amor que sienten en lo profundo de ustedes, el amor que viene con la comprensión de su unidad con todo lo que es. Ese es el amor que no tiene contrario.









Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle




Imagen tomada del internet