viernes, 31 de enero de 2014

ALIMENTO


Cuando nace un niño, su primer amor y su primer alimento son lo mismo: la madre. De modo que existe una profunda asociación entre el alimento y el amor; de hecho, el alimento va primero y luego lo sigue el amor.

El primer día el niño no puede comprender el amor. Entiende el lenguaje de la comida, el lenguaje natural y primitivo de todos los animales. El niño nace con hambre; necesita comida de inmediato. El amor no será necesario hasta mucho después... no se trata de una emergencia. Uno puede vivir sin amor durante toda la vida, pero no sin alimentos... ahí radica el problema. Poco a poco también siente que siempre que la madre está cariñosa le ofrece el pecho de una manera diferente. Cuando no está cariñosa, sino enfadada o triste, le brinda el pecho con mucha renuencia, o ni siquiera se lo da. De modo que el niño cobra conciencia de que siempre que la madre está cariñosa, siempre que el alimento está disponible, también lo está el amor. Esto reside en el inconsciente.

Cuando te falta una vida de amor, comes más... es un sustituto. Y con la comida las cosas son sencillas, porque la comida está muerta. Puedes seguir comiendo todo lo que quieras... la comida no te puede decir que no. Con el alimento uno sigue siendo el amo. Pero en el amor uno ya no lo es. Así que te digo, olvídate de la comida, sigue comiendo tanto como quieras. Pero empieza una vida de amor, y de inmediato veras que ya no comes tanto. ¿Lo has notado? Si eres feliz, no comes tanto. La gente cree que cuando es feliz come demasiado, pero no son más que tonterías. Una persona feliz se siente tan realizada que no percibe ningún espacio dentro. Un hombre infeliz no deja de tragar comida.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 222

jueves, 30 de enero de 2014

PRIMER AMOR-PRIMER ALIMENTO


COCINAR LA IRA

Para que la flor de la ira se abra, necesitas alimentar la plena conciencia en ti durante cierto tiempo. Es como cuando cocinas patatas: -las introduces en la olla, la tapas y enciendes el fogón.

Pero por muy potente que sea la llama, si apagas el fuego al cabo de cinco minutos, las patatas no se habrán cocido. Para que se cocinen bien, el fuego ha de estar encendido al menos durante quince o veinte minutos. Y después, levantas la tapa y hueles el maravilloso aroma de las patatas cocidas.

La ira que hay en ti es como las patatas, ha de cocinarse. Al principio está cruda y, como bien sabes, las patatas crudas no se pueden comer. Es difícil poder disfrutar de tu ira, pero si sabes cómo cuidar de ella y cocinarla, la energía negativa de la ira se convertirá en la energía positiva de la comprensión y la compasión. 

Tú puedes hacerla. No es algo que sólo un Gran Ser pueda realizar, sino que tú también puedes conseguirlo. 

Puedes transformar la basura de tu ira en la flor de la compasión. Muchos de nosotros podemos hacerla en tan sólo quince minutos. El secreto radica en seguir practicando el respirar de manera consciente, el andar de manera consciente, y generar la energía de ser consciente para abrazar tu ira. 

Abrázala con mucha ternura. La ira no es tu enemiga, sino tu bebé. Es como el estómago o los pulmones. 

Cada vez que tienes algún problema en los pulmones o en el estómago, no piensas en desprenderte de ellos. Lo mismo ocurre con la ira. La aceptas porque sabes que debes cuidar de ella, transformarla en energía positiva. 

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh

miércoles, 29 de enero de 2014

¿QUÉ ASPECTO TENEMOS CUANDO NOS ENOJAMOS?


Siempre que te enojes, coge un espejo y mírate en él.

Cuando estás enojado no tienes un rostro muy hermoso, no estás presentable. Los cientos de músculos que hay en tu cara se tensan y ésta parece una bomba a punto de estallar. Mira a alguien que esté enojado. Ver la tensión que hay en su rostro te asustará. La bomba que hay en él puede estallar en cualquier momento. Es muy conveniente observarte en esos momentos, cuando estás enojado, ya que es como el toque de la campana que te recuerda que seas consciente. Cuando te ves con ese aspecto, sientes deseos de cambiar. Para tener un rostro más hermoso, ya sabes lo que has de hacer. No te hace falta ponerte ningún cosmético, lo único que necesitas hacer es respirar con calma y tranquilidad, y sonreír de manera consciente.

Si puedes hacerlo una o dos veces, tu cara será mucho más hermosa. Mírate al espejo, inspira con calma, espira sonriendo, y te sentirás mucho mejor.

La ira es un fenómeno mental y psicológico, y sin embargo está estrechamente relacionada con elementos biológicos y bioquímicos. La ira tensa tus músculos, pero cuando sabes cómo sonreír, empiezas a relajarte y la ira disminuye.

Sonreír permite que la energía de ser consciente nazca en ti y te ayuda a abrazar la ira que sientes.

Antaño los sirvientes de los reyes y las reinas debían llevar siempre un espejito, porque cuando alguien se presentaba ante los monarcas, debía tener un aspecto impecable. Así que, por razones de etiqueta, la gente llevaba siempre una bolsa con un espejito dentro. Intenta hacerlo. Lleva un espejo contigo y mírate en él para ver en qué estado estás. Después de haber inspirado y espirado varias veces y de haberte sonreído a ti mismo, la tensión habrá desaparecido y te sentirás mejor.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh

ABRAZA TU IRA CON EL SOL DE SER CONSCIENTE


La ira es como un bebé que berrea, sufre y, llora. El bebé necesita que su madre lo abrace. Tú eres la madre del bebé, de la ira que surge en ti. En el momento que empieces a practicar el inspirar y espirar de manera consciente, tendrás la energía de una madre y podrás acunar y abrazar a tu bebé. Limítate a abrazar la ira que sientes, inspirando y espirando; no necesitas hacer nada más. Y el bebé se sentirá mejor en el acto.

Todas las plantas se alimentan del sol. Todas son sensibles a él. Cualquier vegetación que sea abrazada por el sol experimentará una transformación.

De madrugada las flores aún no se han abierto, pero cuando al amanecer sale el sol, las abraza e intenta penetrar en ellas.

La luz del sol está formada por partículas diminutas, por fotones. Los fotones van penetrando poco a poco en la flor uno tras otro hasta llenarla de ellos. En ese momento la flor no puede resistir más y ha de abrirse a la luz del sol.

Del mismo modo, todas las formaciones tanto mentales corno fisiológicas que hay en nosotros son sensibles a la energía de ser conscientes. Si la plena conciencia está ahí, abrazando tu cuerpo, éste se transformará. Si la plena conciencia está ahí, abrazando tu ira o tu desesperanza, éstas también se transformarán. Según el Buda y según nuestra experiencia, cualquier cosa que sea abrazada por la energía de la plena conciencia experimentará una transformación.

La ira que hay en ti es corno una flor. Al principio quizá no comprendas su naturaleza, o por qué ha surgido. Pero si sabes abrazarla con la energía de ser consciente, empezará a abrirse.

Para generar la energía de la plena conciencia y abrazar la ira que sientes puedes permanecer sentado, siguiendo tu respiración, o practicar la meditación caminando. Al cabo de diez o veinte minutos tu ira se habrá abierto ante ti y verás de pronto su verdadera naturaleza. Quizá haya surgido a causa de alguna percepción errónea o por falta de habilidad.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh

martes, 28 de enero de 2014

EL SECRETO DEL CORAZÓN


La nueva humanidad tendrá una habilidad que consistirá en el secreto de escuchar al corazón conscientemente, vigilando, atentamente. Síguele adondequiera que te lleve. Sí, a veces te llevará a algún peligro, pero recuerda que esos peligros son necesarios para que madures. A veces te confundirá, pero esas confusiones son parte del crecimiento. Caerás muchas veces; vuelve a levantarte, porque cayéndote y levantándote es como vuelves a recobrar fuerzas. Así es como uno se equilibra. 

Osho
Tomado del blog:
Osho Despierta

HERRAMIENTAS PARA APAGAR LAS LLAMAS


El Buda nos dio unas herramientas muy eficaces para apagar el fuego que hay en nuestro interior: el método de respirar y de andar de manera consciente, el método de abrazar nuestra ira y de observar profundamente la naturaleza de nuestras percepciones, y el método de observar a fondo a los demás para comprender que también sufren mucho y necesitan nuestra ayuda. Estos métodos son muy prácticos y proceden directamente del Buda.

Inspirar de manera consciente es saber que el aire está entrando en tu cuerpo, y exhalar de manera consciente es saber que tu cuerpo está cambiando el aire.

Así estás en contacto con el aire y con tu cuerpo, y como tu mente está atenta a la respiración, también estás en contacto con ella; tal como es. Sólo necesitas una respiración consciente para volver a entrar en contacto contigo mismo y con el mundo que te rodea, y tres respiraciones conscientes para mantener este contacto.

Siempre que no estás de pie, sentado o tendido, estás yendo a alguna parte. Pero ¿adónde vas? Tú ya has llegado. Con cada paso, puedes llegar al momento presente, puedes entrar a la Tierra Pura, en el Reino de Dios. Cuando desde una punta de la habitación te dirijas a la otra, sé consciente del contacto que mantienen tus pies con el suelo y del contacto del aire mientras entra en tu cuerpo.

Esto te ayudará a descubrir cuántos pasos puedes dar 
cómodamente durante una inspiración y durante una 
exhalación. Mientras inspires, di «inspirando», y mientras 
espires, di «espirando». De ese modo, estarás practicando todo 
el día la meditación de caminar. Es una práctica que se puede 
hacer constantemente y que tiene, por tanto, el poder de 
transformar nuestra vida cotidiana.

A mucha gente le gusta leer libros sobre las distintas t
radiciones espirituales o sobre rituales, pero no desea practicar 
demasiado las enseñanzas que aparecen en ellos. Las 
enseñanzas pueden transformamos, al margen de la religión o 
la tradición espiritual a la que pertenezcamos, si estamos 
dispuestos a practicar. Nos transformará de ser un mar de fuego 
a un refrescante lago.

Y entonces no sólo dejaremos de sufrir, sino que además nos 
convertiremos en una fuente de alegría y felicidad para todos 
los que nos rodean.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh

lunes, 27 de enero de 2014

SALVA TU CASA


Cuando alguien dice o hace algo que nos hace enojar, sufrimos.

Tendemos a decir o hacer algo en respuesta para hacerle sufrir con la esperanza de que suframos menos. Pensamos:

«Quiero castigarte, quiero hacerte sufrir porque me has hecho sufrir. Y cuando te vea padecer mucho, me sentiré mejor».

Muchos creen en esta práctica tan pueril, pero en realidad cuando haces sufrir a otra persona, ésta intentará encontrar alivio haciéndote sufrir más. Y el resultado es que vuestro sufrimiento irá aumentando. Pero ninguno de los dos necesitáis un castigo, sino compasión y ayuda.

Cuando te enojes, vuelve a ti mismo y cuida de tu ira, y cuando alguien te haga sufrir, regresa a ti mismo y cuida de tu sufrimiento, de tu ira. No digas ni hagas nada, porque cualquier cosa que digas o hagas en un estado de ira podría estropear más tu relación.

La mayoría no lo hacemos, no queremos volver a nosotros mismos, sino perseguir a esa persona para castigarla.

Pero si tu casa se está incendiando, lo más urgente es volver a ella e intentar apagar el fuego, y no echar a correr detrás del que crees que la ha incendiado, porque si lo haces, tu casa se quemará mientras te dedicas a atraparle.

Y eso no es actuar prudentemente. Debes regresar y apagar 
el fuego. O sea, que cuando estás enojado, si sigues 
relacionándote o discutiendo con la otra persona, si intentas 
castigarla, estás actuando exactamente como alguien que se 
pone a perseguir a un pirómano mientras su propia casa está 
ardiendo.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh

domingo, 26 de enero de 2014

RESULTADO DE NADA


El místico vomita antes el fruto «del bien y del mal» para poder entrar de nuevo en el Paraíso. No enjuicies nada, sino comprende el porqué y el lugar de las cosas. La felicidad no es el resultado de nada. Ella es, en sí misma, y la descubres cuando te libras de todo juicio y añadidura. Cuando quieres arreglar las cosas, metes en ellas tu «yo» endemoniado, tu apego, y lo estropearás todo.

Entra sólo en la realidad. No te apegues, ni siquiera a la liberación, porque ella no es aprensible, no se deja apresar, y lo que harás es crearte otras cadenas, otra esclavitud. Sólo tienes que ver las cosas como son.

Las cosas sólo serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar. Se trata de ver la realidad tal como es. Lo cierto es que ya estás en ella, siempre lo has estado, pero la buscas, como aquel pez que iba loco buscando el océano. Lo único que no te deja ver es tu programación y tus exigencias.

Nadie hace el mal sin una justificación. Es la justificación la que lo engaña. Nadie se daña a sí mismo conscientemente, sino inconscientemente.

El que hace el mal es un loco que no merece castigo, sino cura. No se puede condenar al que peca, sino al pecado, que es un error. Las acciones pueden ser malas o buenas, y siempre dependerá de la madurez y cordura del que las cometa. No puede llamarse malo al que comete actos equivocados creyendo que los hace bien, o al que hace eso compulsivamente, defendiéndose de peligros que sólo están en su imaginación. Ese es un loco, un ser dormido al que hay que despertar, o a un enfermo al que hay que curar.

Nadie hace las cosas malas adrede, fríamente, por maldad, por la sencilla razón de que el componente sustancial de nuestro ser es el amor, la bondad, la felicidad, la belleza, la inteligencia como luz de la verdad. Si esta sustancia está ahogada por los miedos, por el sufrimiento, la única solución es sacar lo que estorba.

Las cosas se observan para ver la verdad que hay detrás de las formas con las que se cubren. Uno puede tener en la mano un papel sucio creyendo que es un cheque de mucho valor. Si le haces renunciar a él o se lo quitas antes de que descubra su valor real, esta persona siempre estará creyendo que le quitaron algo de valor y se comportará como un ser estafado, engañado, despojado y sus reacciones serán de autodefensa. Así nunca despertará a la realidad. Primero habrá que despertarlo y luego, él mismo, será el que tire el papel sucio, riéndose del engaño en que estuvo metido. Y entonces sí quedará liberado.

Y si renuncias voluntariamente a algo, creyendo que es un valor y que has hecho un sacrificio con ello, siempre te vanagloriarás de lo que has hecho y pedirás aprobación y admiración de los demás. Pero si antes despiertas y comprendes que en esa renuncia tuya no hay nada de valor, que lo que has hecho es buscarte a ti mismo, ¿Cómo te vas a vanagloriar de renunciar a algo que no servía para nada?. Al contrario, te sentirás bien por haberte liberado de algo que te impedía ser más tú mismo. Pero entonces, además, comprenderás con humildad a aquellos que aún se sienten apegados a lo que tú ya has renunciado por estar despierto.


Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello

LA MUERTE Y DESESPERANZA FUENTE DE ENTENDIMIENTO Y COMPASIÓN


La muerte y la desesperanza nos proporcionan la motivación adecuada para vivir una vida llena de entendimiento y compasión. Pero casi todo el tiempo nuestra principal motivación es defendernos de la muerte.

Habitualmente tratamos de defendernos de cualquier sensación problemática, siempre estamos intentando negar que el cambio es algo natural, que la arena se desliza entre nuestros dedos. El tiempo pasa. Es algo tan natural como el cambio de estaciones o que el día se convierta en noche. Pero envejecer, enfermar, perder a los seres queridos, no solemos considerarlos eventos naturales. Pase lo que pase queremos defendernos de la muerte.

Cuando algo nos recuerda la muerte, sentimos pánico.

No es que simplemente nos hayamos cortado el dedo, que la sangre fluya y que nos pongamos una tirita. Siempre añadimos algo más, algo de nuestra cosecha personal. 

Algunos nos sentamos estoicamente y sangramos sobre nuestra ropa. Otros nos ponemos histéricos; no sólo nos ponemos una tirita, sino que llamamos a la ambulancia y vamos al hospital. Hay quien se pone tiritas de diseño. 

Pero, sea cual sea nuestro estilo, no es algo simple, no es algo desnudo y sin artificio.

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron

sábado, 25 de enero de 2014

RECONOCE TU AÑADIDURA


A Dios sólo se le encuentra por un proceso de sustracción. Sabiendo lo que no es, no añadiéndole nombres, conceptos y etiquetas, encontraremos a Dios. Dios es, y por ello es inaprensible, no le podemos enmarcar ni clasificar porque escapa a toda objetivización. Por eso, el ser humano es también inaprensible, porque el ser es semejante a Dios. Cuantas más añadiduras le pongamos al ser, menos lo conoceremos. Hemos de dejarlas caer todas. Y lo mismo con la realidad. Si yo le exijo a la realidad unas condiciones, o le pongo unas añadiduras, me alejaré de la realidad, la verdadera, y estaré siempre chocando con lo falso.

Los místicos son los que se han abierto confiadamente a la realidad, sin preocuparse por el resultado, pues saben que sólo en la realidad habita la verdad.

Meterse en la batalla de la vida, pero con el corazón en paz, es la única manera de vivir la realidad de la vida. Es cumplir la voluntad de Dios. Para ello, el primer paso es reconocer tu añadidura, darte cuenta de tus bloqueos y obstáculos con sinceridad.

El segundo paso es mirar la causa, sabiendo que está fuera de la realidad. Sin culpabilizarte ni justificarte. Tú no tienes la culpa de esa programación, y cuando caes en los hábitos, no lo haces adrede. Tú eres víctima de tu propia programación. No estés descontento, irritado y molesto contigo mismo, porque eso no te ya a ayudar. Y si sufres, si te afliges, no tomes tu aflicción por tu ser. Desidentifícate de ese sufrimiento.

El yo, ¿Quién es?, ¿Soy un cuerpo?. No, porque las células de mi cuerpo son renovadas continuamente y, en siete años, no queda ni una de las anteriores y, sin embargo, tú sigues siendo el mismo. Yo no soy mi cuerpo, pero tampoco soy mis pensamientos, pues ellos cambian continuamente y yo no. Si y tampoco soy mis actitudes, ni mi forma de expresarme, ni de andar.

Yo no puedo identificarme con lo cambiable, que no son más que las formas de mi yo, pero no soy yo.

Yo soy el ser, lo que es. El cielo es, no cambia, las nubes sí. Lo único que puedes buscar es lo que no eres, pues en cuanto puedes objetivizarlo ya no lo eres, sino que es una forma, una expresión de lo que realmente eres. Puedes buscar lo que no eres, y al ir apartando tus formas y añadiduras, te irás liberando de ideas equivocadas sobre ti y, detrás de todo esto, irá surgiendo tu ser.

Así es que, el tercer paso es no identificarte con las formas que cambian, ni apegarte a ellas, ni rechazarlas, ni ponerles etiquetas, ni valorarlas dándoles una importancia que no tienen. Llamarlas por su nombre: son formas nada más, y si les das batalla, toman una importancia que, en sí, no tienen.

Cuando las mires tal como son, perderán importancia y se replegarán a su lugar. Hay que comprenderlas, entender por qué están ahí, para que no te estorben ni molesten. Entonces la importancia que le has dado hasta ahora se va, porque no es real, no existe, y descubres que no eran más que alucinaciones del sueño de un ser dormido. No violentarse con nada ni para mejorarlo ni para cambiarlo. Lo que es, es, y sólo lo es por su propia causa, nada le puede dañar si está despierto.


Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello

SI HAY PROBLEMA CON TU ESTÓMAGO NO LO ELIMINAS


EL TRANSFONDO SE ENRAÍZA EN EL MIEDO A LA MUERTE


Toda ansiedad, toda insatisfacción, todas las razones para esperar que nuestra experiencia podría ser diferente de lo que es, están enraizadas en nuestro miedo a la muerte. El miedo a la muerte siempre es el trasfondo. 

Como dijo el maestro Zen Shunryu Suzuki Roshi, la vida es como montarse en una barca que va a salir a navegar al mar y se va a hundir. Pero, por mucho que hayas oído hablar de la muerte, es muy duro creer en tu propia muerte. Aunque muchas prácticas espirituales nos aconsejan tomarnos la muerte en serio, es sorprendente lo difícil que resulta dejarlas llegar. La única cosa con la que verdaderamente podemos contar resulta increíblemente lejana para todos nosotros. No llegamos a afirmar descaradamente: «De ninguna manera, no me voy a morir”, porque evidentemente sabemos que sí, pero está claro que será después. Ésta es la mayor de las esperanzas.

Trungpa Rinpoche dio una vez una conferencia pública 
titulada: «La muerte en la vida cotidiana.» Hemos sido 
criados en una cultura que teme la muerte y nos la oculta.

Sin embargo, la experimentamos constantemente, la 
experimentamos en forma de decepciones, de cosas que 
no funcionan. La experimentamos en la forma de que 
todas las cosas están en un proceso de continuo cambio. El 
final del día, el final de un segundo, la espiración... eso es 
la muerte en la vida cotidiana.

También podríamos definir la muerte en la vida 
cotidiana como la experiencia de todas las cosas que no 
deseamos: nuestro matrimonio no funciona, nuestro 
empleo no se estabiliza. Tener una relación con la muerte 
en la vida cotidiana significa que empezamos a ser capaces 
de esperar, de relajarnos en la inseguridad, en el pánico, 
en la vergüenza, en las cosas que no funcionan. A medida 
que pasan los años, no llamamos a la niñera tan 
rápidamente.

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron

viernes, 24 de enero de 2014

DESESPERANZA Y CONFIANZA


Una vez viajé en avión junto a un hombre que interrumpía una y otra vez nuestra conversación para tomar diversas píldoras. Cuando le pregunté: «¿Qué estás tomando?», me respondió que eran tranquilizantes. Le dije: «¿Estás nervioso?» y me contestó: «No, ahora no, pero cuando llegue a casa sí que voy a estarlo.»

Puedes reírte de esta historia, pero ¿qué pasa contigo cuando empiezas a sentirte incómodo e inestable? Percibe tu pánico y el momento en que instantáneamente echas mano de algo. Ese agarrarte a algo está basado en la esperanza; no agarrarse a nada es perder la esperanza.

Si la esperanza y el miedo son los dos lados de la misma moneda, también lo son la desesperanza y la confianza. Si estamos dispuestos a renunciar a la esperanza de que la inseguridad y el dolor pueden ser eliminados, entonces podemos reunir el coraje suficiente para relajarnos en la ausencia de una base sólida que caracteriza nuestra situación. Este es el primer paso del camino. Si no nos interesa ir más allá del miedo y de la esperanza, no tiene sentido tomar refugio en el Buda, en el dharma y en la stingha. Tomar refugio en el Buda, en el dharma y en la sangha tiene que ver con renunciar a la esperanza de contar con un suelo bajo los pies. Estamos preparados para tomar refugio cuando este tipo de enseñanza —nos sintamos completamente abiertos a ella o no— sea para nosotros como oír algo vagamente familiar, como el niño que se encuentra con su madre después de una larga separación.

La desesperanza es el fundamento, de otro modo haremos el camino con la esperanza de conseguir alguna seguridad, y si hacemos el camino para conseguir seguridad, perdemos su sentido completamente. Podemos hacer nuestra práctica meditativa con la esperanza de conseguir seguridad; podemos estudiar las enseñanzas con la esperanza de conseguir seguridad; podemos seguir las directrices e instrucciones con la esperanza de conseguir seguridad; pero si buscamos seguridad, toda nuestra práctica sólo nos llevará a la decepción y al dolor.

Podemos ahorrarnos mucho tiempo tomándonos este mensaje en serio ahora mismo. Empieza el viaje sin esperanzas de ponerte un suelo bajo los pies, empieza el camino sin esperanza.


Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron

jueves, 23 de enero de 2014

SÓLO RESPONDO ANTE MI CORAZÓN


Sólo respondo ante mi corazón y ante nadie más. Tú sólo debes responder ante tu persona. No vayas contra ti mismo, porque hacerlo es cometer un suicidio, es destruirte. Y, ¿qué puedes ganar? Aunque la gente te respete y piensen que eres una persona muy seria, respetable y honrada, eso no va a enriquecerte. Estas cosas no te van a proporcionar una mayor comprensión de la vida y de su enorme belleza.

¿Cuántos millones de personas han vivido sobre la Tierra antes que tú? Ni siquiera sabes sus nombres; no te afecta en absoluto si han vivido o no. Ha habido santos y ha habido pecadores, ha habido gente muy respetable y ha habido toda clase de excéntricos y locos, pero todos ellos han desaparecido, no ha quedado ni rastro de ellos sobre la Tierra. Sólo deberías preocuparte de cuidar y proteger las cualidades que podrás llevarte contigo cuando la muerte aniquile tu cuerpo y tu mente, porque estas cualidades serán tu única compañía. Son los únicos valores verdaderos, y sólo las personas que lo consiguen están vivas; el resto finge estar vivo.

Osho
Tomado del blog:
Osho-Despierta

LA NATURALEZA DE LA "PORQUERÍA"


En lugar de permitir que la negatividad se lleve lo mejor de nosotros, podemos reconocer que en este mismo momento estamos por los suelos y no ser quisquillosos a la hora de echar un vistazo a lo que pasa. Es lo más compasivo y lo más valiente que podemos hacer. Podemos oler nuestra porquería, sentirla; ¿qué textura, qué color y qué forma tiene?

Podemos explorar la naturaleza de la porquería; podemos conocer la naturaleza del disgusto, de la vergüenza, del azoramiento y no creer que haya nada malo en ellos. Podemos abandonar la esperanza fundamental de que hay otro «yo» mejor dentro de nosotros que emergerá algún día. No podemos saltar por encima de nosotros mismos como si no estuviéramos allí. 

Es mejor echar una mirada directamente a todas nuestras esperanzas y miedos básicos. Entonces surge una especie de confianza en nuestra cordura fundamental. 

Y aquí es donde la renuncia entra en escena: renuncia a la esperanza de que nuestra experiencia podría ser diferente y renuncia a la esperanza de que podríamos ser mejores. Las reglas monásticas budistas que aconsejan renunciar al licor, al sexo, etc., no señalan que dichas cosas sean malas o inmorales, sino que las usamos como niñeras. Las empleamos como una forma de escapar; las empleamos para sentirnos cómodos y distraernos. El verdadero objeto al que renunciamos es la tenaz esperanza de que se nos puede salvar de ser quienes somos. La renuncia es una enseñanza que nos inspira a investigar lo que está ocurriendo cada vez que nos aferramos a algo porque no podemos soportar enfrentar lo que viene hacia nosotros. 

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron

miércoles, 22 de enero de 2014

FÍJATE EN TU VIDA


Una noche oscura la KGB llama a la puerta de Yussel FinkeIstein. Yussel abre la puerta. El hombre de la KGB ruge: —¿Vive aquí Yussel FinkeIstein?
—No—responde Yussel en la puerta con su pijama raído.
—¿No? Entonces, ¿cómo te llamas?
—Yussel FinkeIstein.

El hombre de la KGB le derriba de un golpe y dice: —¿No acabas de decir que no vivías aquí?
Yussel le responde: —¿Y a esto le llamas vida?

Vivir no siempre es vida. Fíjate en tu vida.:

¿Podrías decir que es una bendición? 
¿Podrías decir que es un regalo, un obsequio de la existencia? 
¿Te gustaría que te tocara esta vida una y otra vez? 

Tomado del blog:
Osho-Despierta

ESPERANZAMIEDO


La primera noble verdad del Buda es que el hecho de sufrir no indica necesariamente que algo esté equivocado.

¡Que alivio!

Por fin alguien dijo la verdad. El sufrimiento es parte de la vida y no tenemos que sentir que ocurre porque hemos hecho un movimiento equivocado a nivel personal.

Pero, en la realidad, cuando sufrimos, solemos pensar que algo está mal. Mientras seamos adictos a la esperanza sentiremos que podemos matizar nuestra experiencia, o animarla, o cambiarla de alguna manera, y seguiremos sufriendo mucho.

En tibetano, esperanza se dice rewa y miedo se dice dokpa, pero la palabra más utilizada es re-dok, que es una combinación de ambas. Esperanza y miedo es un sentimiento que tiene dos bandas. Mientras una esté presente, también lo estará la otra. Este re-dok, esperanzamiedo, es la raíz de nuestro dolor. En el mundo de la esperanza y del miedo siempre tenemos que cambiar de canal, siempre tenemos que cambiar de temperatura, de música, porque algo nos resulta incómodo, algo está inquieto, algo está empezando a doler y continuamos buscando alternativas. 

En un estado mental no teísta, abandonar la esperanza es afirmarse, y ése es el principio del principio. Puedes poner la frase: «Abandona la esperanza» en la puerta de tu frigorífico, en lugar de otras aspiraciones más convencionales como: «Voy mejorando cada día de todas las formas posibles.» 

La esperanza y el miedo surgen del sentimiento de que estamos incompletos; surgen de un sentimiento de pobreza. No podemos relajarnos con nosotros mismos sin más. Nos aferramos a la esperanza, y la esperanza nos roba el momento presente. Sentimos que debe haber alguien que sepa lo que está ocurriendo, pero que a nosotros nos falta algo y por tanto hay algo que falta en nuestro mundo. 

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron

martes, 21 de enero de 2014

LAS NIÑERAS


NOCHE OSCURA DEL ALMA


Todos aprendemos cómo ser felices y a seguir riendo y bromeando... así es cómo toda la sociedad avanza en un remolino de alborozo. Pero todo el mundo lleva una noche profunda y oscura en el interior, y ni siquiera se es consciente de ella.

Cuando entres en un estado meditativo, primero entrarás en esta noche oscura del alma. Si logras pasar por ella -y no hay dificultad en atravesarla-, entonces por primera vez seras conscientes de que tu felicidad no era verdadera. La felicidad falsa desaparecerá y llegará la tristeza verdadera, y solo después de la tristeza verdadera es cuando emergerá la felicidad verdadera. Entonces sabrás que la felicidad falsa era incluso peor que la tristeza verdadera, porque al menos en esa tristeza hay realidad. Si estas triste -verdadera y sinceramente triste-, esa tristeza te enriquecerá. 

Te proporciona profundidad, percepción. Te hace consciente de la vida y de las posibilidades infinitas y de los limites de la mente humana, de la pequeñez de la conciencia humana rodeada por doquier por el infinito, la frágil vida rodeada siempre por la muerte. Cuando estas realmente triste cobras conciencia de estas cosas. Cobras conciencia de que la vida no es solo vida... también es muerte. 

Si realmente quieres ser feliz, no sigas fingiendo, jugando al juego de ser feliz. Según llega la infelicidad, no tardarás en ver que se oscurecerá, que se tornará intensa. Pero cuando la noche es oscura, la mañana se halla muy cerca. 

En cuanto dejas de luchar, cuando la aceptas, te brindará un silencio, una profunda vibración. Desde luego que es triste, pero hermoso. Incluso la noche posee su propia belleza, y aquellos que no pueden ver la belleza de la noche se perderán mucho.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 221