miércoles, 29 de enero de 2014

¿QUÉ ASPECTO TENEMOS CUANDO NOS ENOJAMOS?


Siempre que te enojes, coge un espejo y mírate en él.

Cuando estás enojado no tienes un rostro muy hermoso, no estás presentable. Los cientos de músculos que hay en tu cara se tensan y ésta parece una bomba a punto de estallar. Mira a alguien que esté enojado. Ver la tensión que hay en su rostro te asustará. La bomba que hay en él puede estallar en cualquier momento. Es muy conveniente observarte en esos momentos, cuando estás enojado, ya que es como el toque de la campana que te recuerda que seas consciente. Cuando te ves con ese aspecto, sientes deseos de cambiar. Para tener un rostro más hermoso, ya sabes lo que has de hacer. No te hace falta ponerte ningún cosmético, lo único que necesitas hacer es respirar con calma y tranquilidad, y sonreír de manera consciente.

Si puedes hacerlo una o dos veces, tu cara será mucho más hermosa. Mírate al espejo, inspira con calma, espira sonriendo, y te sentirás mucho mejor.

La ira es un fenómeno mental y psicológico, y sin embargo está estrechamente relacionada con elementos biológicos y bioquímicos. La ira tensa tus músculos, pero cuando sabes cómo sonreír, empiezas a relajarte y la ira disminuye.

Sonreír permite que la energía de ser consciente nazca en ti y te ayuda a abrazar la ira que sientes.

Antaño los sirvientes de los reyes y las reinas debían llevar siempre un espejito, porque cuando alguien se presentaba ante los monarcas, debía tener un aspecto impecable. Así que, por razones de etiqueta, la gente llevaba siempre una bolsa con un espejito dentro. Intenta hacerlo. Lleva un espejo contigo y mírate en él para ver en qué estado estás. Después de haber inspirado y espirado varias veces y de haberte sonreído a ti mismo, la tensión habrá desaparecido y te sentirás mejor.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh