viernes, 24 de enero de 2014

DESESPERANZA Y CONFIANZA


Una vez viajé en avión junto a un hombre que interrumpía una y otra vez nuestra conversación para tomar diversas píldoras. Cuando le pregunté: «¿Qué estás tomando?», me respondió que eran tranquilizantes. Le dije: «¿Estás nervioso?» y me contestó: «No, ahora no, pero cuando llegue a casa sí que voy a estarlo.»

Puedes reírte de esta historia, pero ¿qué pasa contigo cuando empiezas a sentirte incómodo e inestable? Percibe tu pánico y el momento en que instantáneamente echas mano de algo. Ese agarrarte a algo está basado en la esperanza; no agarrarse a nada es perder la esperanza.

Si la esperanza y el miedo son los dos lados de la misma moneda, también lo son la desesperanza y la confianza. Si estamos dispuestos a renunciar a la esperanza de que la inseguridad y el dolor pueden ser eliminados, entonces podemos reunir el coraje suficiente para relajarnos en la ausencia de una base sólida que caracteriza nuestra situación. Este es el primer paso del camino. Si no nos interesa ir más allá del miedo y de la esperanza, no tiene sentido tomar refugio en el Buda, en el dharma y en la stingha. Tomar refugio en el Buda, en el dharma y en la sangha tiene que ver con renunciar a la esperanza de contar con un suelo bajo los pies. Estamos preparados para tomar refugio cuando este tipo de enseñanza —nos sintamos completamente abiertos a ella o no— sea para nosotros como oír algo vagamente familiar, como el niño que se encuentra con su madre después de una larga separación.

La desesperanza es el fundamento, de otro modo haremos el camino con la esperanza de conseguir alguna seguridad, y si hacemos el camino para conseguir seguridad, perdemos su sentido completamente. Podemos hacer nuestra práctica meditativa con la esperanza de conseguir seguridad; podemos estudiar las enseñanzas con la esperanza de conseguir seguridad; podemos seguir las directrices e instrucciones con la esperanza de conseguir seguridad; pero si buscamos seguridad, toda nuestra práctica sólo nos llevará a la decepción y al dolor.

Podemos ahorrarnos mucho tiempo tomándonos este mensaje en serio ahora mismo. Empieza el viaje sin esperanzas de ponerte un suelo bajo los pies, empieza el camino sin esperanza.


Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron