La esencia de la mente no tiene forma; esto, en sí mismo, es el cuerpo sutil de la realidad.
La esencia de la mente es intrínsecamente vacía; esto, en sí mismo, es el cuerpo infinito del espacio. La ejecución de toda la serie de prácticas es el cuerpo de la realidad de las virtudes. El cuerpo de la realidad es la raíz de las miríadas (cantidad muy grande) de manifestaciones, las cuales reciben diferentes nombres, según las situaciones. Sus conocimientos y funciones son infinitos; éste es el inagotable tesoro.
Ta-chu (siglo VIII)
LAS ENSEÑANZAS DEL ZEN