A menos que encontremos nuestro verdadero hogar, debemos seguir viajando. Y lo más sorprendente es que el verdadero hogar no está tan lejos.
Hacemos muchos hogares y nunca observamos el verdadero hogar. Los hogares que hacemos son todos arbitrarios, todos son castillos en la arena o palacios alzados con naipes: simples juguetes con los que divertirnos. No son hogares de verdad, porque la muerte los destruye a todos. La definición del hogar de verdad es aquel que es eterno. Solo dios es eterno; todo lo demás es temporal.
El cuerpo es temporal, la mente es temporal; el dinero, el poder, el prestigio... todo es temporal. No alcéis vuestro hogar en estas cosas. No estoy en contra de ellas. Utilizadlas, pero recordad que únicamente son una posada; son buenas para pasar la noche, pero por la mañana debemos irnos.
A menos que encontremos nuestro verdadero hogar, debemos seguir viajando. Y lo más sorprendente es que el verdadero hogar no está tan lejos. No dejamos de pasarlo por alto porque está muy cerca; ni siquiera está cerca, se encuentra dentro de nosotros mismos. Buscadlo dentro.
Aquellos que lo han hecho siempre lo han encontrado.
OSHO
Día a Día
Día 45