viernes, 22 de noviembre de 2013

¿AMANTE O NO AMANTE? PREGUNTAS GUÍA


5. PREGUNTAS QUE PUEDEN SERVIRTE DE GUÍA ANTES DE TOMAR LA DECISIÓN

¿Amante o no amante? Pregúntate por qué necesitas un amante. La experiencia demuestra que si primero no resuelves lo que tienes con tu pareja, para bien o para mal, nunca tendrás claridad emocional ni sobre tu amante ni sobre tu pareja. La infidelidad es un mal paliativo, no conduce a nada bueno ni resuelve los problemas de fondo.

¿Hay algún riesgo de que te quedes sin amante y sin pareja? Sí lo hay. El riesgo de irte a vivir con tu amigo o amiga prematuramente estriba en que no puedas manejar ni la convivencia ni la separación. Quedarse solo o sola puede ser una buena opción, pero debe ser fruto de una decisión deseada y pensada, y no ser consecuencia de actuaciones impulsivas. Cabeza fría, aunque el corazón esté recalentado.

¿Conoces a tu amante lo suficiente para saber si sois compatibles para una vida de pareja? Suma las horas que has estado con él o con ella. Piensa qué situaciones has compartido y si te convencen. Pregúntate si necesitas más tiempo. Si lo único que tienes son hermosas anécdotas de cama, no tienes nada.

¿Es amor lo que sientes o has sido víctima de un huracán de grado 10 que te lleva y te trae como un títere? Antes de echarle sal al postre, antes de bajar del cielo y hacer que las pasiones aterricen a su nivel medio o medio/bajo, repasa las razones por las que sigues con él o ella. Medítalo seriamente, examina los atractivos, las sensaciones, los deseos... y, después, enfría el ímpetu y la relación un poco, trata de comprender qué te llevó a ello y qué te mantiene allí. Intenta ser realista.

¿Puede construirse algo positivo donde se infligió tanto dolor a otros? Algunos  dicen que no, que nada bueno surge de herir a otros, aunque sea en nombre del amor.

El amor no lo justifica todo. Según los que sostienen y defienden este punto de vista, el amor se desvirtúa si necesita del engaño y la mentira para existir. Es sólo para que lo pienses; no sé si tienen razón, pero vale la pena analizarlo.

¿Eres capaz de confiar en la fidelidad del que fue amante y ahora comparte tu vida? ¿Eres de los que piensa que si lo hizo una vez, aunque fuera contigo, podría volver a hacerlo? ¿Celos de que el amante o la amante tenga un amante? ¿De que el ex amante (ahora pareja) repita el amor prohibido con otra? Verdaderamente, pasar de cómplice a víctima es una paradoja que agobia y le quita el sueño a más de uno.

Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso