viernes, 13 de junio de 2014

YA TE HE DEJADO, ¿Y AHORA CÓMO TE OLVIDO?


No es posible «olvidar» a voluntad un amor que aún te tiene en vilo, aunque sí puedes pelear contra las consecuencias negativas de algunos recuerdos y menguar su fuerza (al final del Principio 1 doy algunas sugerencias para contrarrestar esta memoria negativa). No obstante, lo que más me interesa destacar aquí es el hecho de que no existe una amnesia autoproducida que te libere del sufrimiento, por el contrario, empecinarse en «querer» olvidar a alguien produce casi siempre el efecto inverso. Si te dijeras a ti mismo que no quieres pensar en un oso blanco, no podrías quitarte el oso de la cabeza (haz el intento, para que te convenzas). Este resultado paradójico también se observa en cuestiones amorosas. Si te dices «¡No quiero pensar en tal persona! ¡No lo haré, no lo haré!», el recuerdo se activará automáticamente e impregnará tu memoria.

En cierta ocasión, un paciente me hizo una demostración en vivo del método que utilizaba para «olvidar» a la que había sido «la mujer de su vida». Cerraba los ojos, adoptaba una postura corporal similar a las asanas del yoga y empezaba a murmurar, como si fuera un mantra: «Ella no existe, no existe, no existe...». Poco a poco iba elevando el tono de voz y terminaba golpeando el suelo mientras seguía repitiendo a gritos que ella no existía. Como resulta evidente, después de semejante ejercicio, el hombre acababa exhausto y pensando en ella más que nunca.

La meta de «olvidar al otro» como si jamás hubiera existido, además de irracional, es ingenua, a no ser que decidas darte un martillazo en la cabeza y crearte una lesión cerebral, cosa que no aconsejo. La realidad es otra: aceptar la pérdida de manera saludable no implica crear una amnesia en torno a tu ex pareja, sino recordarla sin dolor ni rencor o con un dolor manejable y esclarecedor. El proceso que permite resolver la pérdida de modo inteligente y saludable se conoce como la elaboración del duelo y no se produce mágicamente de un momento a otro.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso