Cuando estamos en una negociación el otro pude decir muy enojado:
“Pero al final vos estás haciendo lo que a vos te conviene”.
Si, estoy negociando para hacer lo que mas me conviene a mi, ¿para que otra cosa negociaría?.
¿Desde que lugar negociaría si no me prefiriera a mi antes que a vos?.
Negocio con otro porque es imposible hacer todo lo que yo quiero, y si pudiera hacerlo, sin dañar al otro, quizás lo haría.
¿Por qué no?
Puedo quererte y estar dispuesto a ceder un poco porque además de quererme a mi te quiero a vos, pero entre los dos, no hay ninguna duda de que me prefiero a mi.
Así como en El camino de la autodependencia expliqué que había dos tipos de egoísmo, uno que se oponía a la solidaridad (de ida) y otro que coincide con la solidaridad (de vuelta), y que este último se educaba, creo que también se educa y hay un buen gusto en la moral.
No se nace sabiendo disfrutar el compartir, tampoco es obligatorio, pero se puede aprender.
Al principio, la música clásica parece medio chirriante, pero después de aprender a escuchar a Tchaicovsky, después ballet, y después, si uno se anima un poquito mas, empieza a encontrarle el placercito a lo barroco, y después empieza a escuchar música sinfónica. Uno va educando su oído y no se pierde el gusto por lo anterior, porque está aprendiendo. Y va creciendo hasta, quizás, escuchar y disfrutar de la ópera...
Cuando no hemos sido entrenados para mirar pintura, vemos un cuadro famoso y no entendemos. Pero así como se aprende a escuchar música, se aprende a entender pintura. Se lee sobre pintura y se aprende a mirar.
La moral también se aprende.
Nadie puede hacer que me guste Goya, nadie puede obligarme a que me guste Picasso, pero si yo aprendo, si yo crezco, si yo educo mi buen gusto, va a crecer la posibilidad de que me gusten esas cosas, voy a encontrar aquello que realmente está ahí, para poder extraerlo y disfrutarlo.
Cuando mas disfruto, cuanto mas placer soy capaz de sentir, mas entrenado está mi amor por mi. Si cuidarte y darte desde el amor me da placer, por que no pensar que es desde la búsqueda de este placer que yo actúo y ejerzo el amor que te tengo.
Cómo o va a ser así, si el amor por vos proviene del amor por mi.
Hay que darse cuenta de que hay en el mundo personas, cosas y hechos muy importantes, pero ninguna mas importante para mi que yo mismo. Porque nos guste o no nos guste, repito, cada uno de nosotros es el centro del mundo en el que vive.
Si en un grupo decís:
- Yo defiendo bien mis lugares porque tengo la autoestima bien elevada.
El otro dice:
- Che, que bien, ¿quién es tu terapeuta?
En cambio, si decís:
- Yo defiendo muy bien mis lugares porque soy bien egoísta.
El otro dice:
- Che, estás loco, boludo, cambiá de terapeuta.
Apuesto con todo mi corazón por nosotros. Pero si vas a forzarme a elegir...
entre vos y yo... yo.
Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay