Conocerse es una apasionante historia de amor y descubrimiento que lleva toda una vida. Al tomar conciencia de nuestras emociones, evaluamos las situaciones con más objetividad y podemos tomar decisiones más inteligentes.
Tal como afirma la novelista italiana y documentalista científica Susanna Tamaro, «nuestro corazón es como la Tierra, que tiene una parte en luz y otra en sombras. Descender para conocerlo bien es muy difícil, muy doloroso».
Todos hemos proyectado alguna vez nuestros problemas hacia el exterior, echando la culpa a otros en vez de aceptar nuestros errores.
Pero, como dijo Friedrich Schiller, «si quieres conocerte, observa la conducta de los demás; si quieres conocer a los demás, mira en tu propio corazón».
Pero, como dijo Friedrich Schiller, «si quieres conocerte, observa la conducta de los demás; si quieres conocer a los demás, mira en tu propio corazón».
Para conocer a los demás, que son nuestro espejo, podemos recurrir a la biblioterapia o a la cineterapia. A través de historias en las que nos veremos reflejados, entenderemos nuestras experiencias sin sufrirlas en primera persona.
Como señala Bronnie Ware en Los cinco mandamientos para tener una vida plena, la gente siempre dice: «Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera». Por eso merece la pena dejar el miedo a un lado y sondear nuestro corazón, aprendiendo del agua en la que nadamos toda nuestra vida.
Tomado del libro:
Einstein para despistados
85 soluciones atómicas para problemas
relativamente graves
Allan Percy
Fotografía de Internet