Cuando surge el sufrimiento en nuestra vida, podemos reconocerlo como sufrimiento. Cuando tenemos lo que no queremos, cuando no tenemos lo que queremos, cuando enfermamos, cuando envejecemos, cuando estamos muriendo, cuando vemos cualquiera de estas cosas en nuestra vida podemos reconocer el sufrimiento como lo que es. Entonces podemos sentir curiosidad y tomar conciencia de nuestras reacciones ante él. Generalmente, o bien estamos resentidos y nos sentimos timados, o bien estamos encantados; pero, sea cual sea nuestra reacción, suele seguir un patrón habitual. En lugar de reaccionar así, podríamos ver el siguiente impulso que surge en nosotros y cómo nos descentramos a partir de ahí.
Descentrarse no es bueno ni malo; es simplemente algo que pasa como reacción al dolor y al placer de nuestra existencia. Podemos simplemente verlo, sin juicio y sin intención de enmendar nuestros actos.
Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet