5. ¿ESTÁS LISTO PARA LO QUE SE AVECINA?
Tal como hemos visto, una diferencia de edad marcada entre los miembros de la pareja genera algunas particularidades, y es bueno tenerlas presentes y estar preparado para que los imponderables no te cojan por sorpresa. Por citar algunos:
- Las altas probabilidades de quedarse viudo a una edad no muy avanzada. Si tu media naranja te lleva veinte años o más, y eres mujer (ellas viven de promedio más que ellos), la posibilidad de que enviudes es mucho más alta que la de tu pareja.
No hablo tanto de cuidar un anciano o una anciana enferma, lo cual no debe descartarse como posibilidad, sino de seguir allí, con el mismo amor, aunque no haya reciprocidad en algunas cuestiones.
- La sanción social y/o moral de la gente, amigos y familiares. «Tanto va el cántaro a la fuente hasta que al final se rompe», dice el refrán, y algunos ceden a las imposiciones de la normatividad vigente a costa del amor.
- Desajuste en las actividades, metas o aficiones. Quizá ella, que es mayor, quiera descansar y él, más joven, sienta que apenas está empezando la juerga. La playa por la mañana o por la tarde, salir a almorzar más que a cenar. La contienda generacional puede acabar con el amor.
- Celos e inseguridad a medida que avanzan los años. Esto se ve tanto en hombres como en mujeres mayores. Los unos o los otros pueden llegar a sentir que la «competencia» aumenta y deben mantenerse jóvenes a cualquier precio. Ahí es donde entran los cirujanos plásticos y los psiquiatras.
Ten en cuenta que si en cualquier relación de pareja hay que prepararse económica, psicológica y emocionalmente para hacerla funcionar, con más razón debe hacerse en aquellas donde la diferencia de edad es significativa.
Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso
Fotografía de internet