El filósofo inventa la verdad; no es un descubrimiento.
Es su propia invención intelectual. Teoriza; realiza conjeturas.
La verdad no ha de inventarse. Todo lo que se inventa será falso. La verdad ya está ahí... o aquí. Hay que descubrirla. No hay necesidad de inventarla, porque aquello que inventes va a ser falso. No sabes qué es la verdad; ¿cómo podrías inventarla? Al no conocerla, resulta imposible inventarla. Aquello que se invente en la ignorancia no será más que una proyección de ignorancia. La verdad no puede inventarse; solo puede descubrirse, porque ya es el caso.
Y segundo, el telón no cubre la verdad. El telón está en tus ojos. La verdad no está oculta. Es absolutamente clara, se encuentra justo delante de ti. Allí donde mires, estas mirando a la verdad. Aquello que hagas, se lo estas haciendo a la verdad. Que lo sepas o no lo sepas, esa no es la cuestión.
Un verdadero buscador de la verdad es aquel que no inventa, que no conjetura, que no infiere, que no realiza un silogismo lógico, que simplemente se muestra receptivo, abierto, que responde, que es vulnerable y está disponible ante la verdad. Un buscador de la verdad ha de aprender una cosa, y es a ser infinitamente pasivo y paciente y estar a la espera. La verdad te acontece siempre que te encuentras abierto.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 308
Osho
Día 308
Fotografía tomada de internet