Hay varios métodos sencillos para cuidar de tus emociones fuertes. Uno de ellos es «la respiración abdominal», que consiste en respirar con el abdomen. Cuando quedamos atrapados en una emoción fuerte, como el miedo o la ira, hacemos la práctica de dirigir la atención al abdomen, porque quedarse al nivel del intelecto es peligroso. Las emociones fuertes son como una tormenta, y permanecer en medio de ella es muy arriesgado. Sin embargo, la mayoría lo hacemos al quedarnos fijos en la mente dejando que los sentimientos nos aneguen. En lugar de ello, hemos de intentar enraizamos llevando la atención hacia abajo. Nos centramos en el abdomen y practicamos la respiración consciente, fijándonos sólo en cómo el estómago sube y baja. Podemos hacer esta práctica sentados o tendidos.
Cuando observas un árbol en medio de una tormenta, ves que la punta es muy inestable y vulnerable. El viento puede romper las ramas más pequeñas en cualquier momento. Pero cuando observas el tronco del árbol, te da una sensación completamente distinta. Ves que el árbol es muy sólido y no se mueve, y sabes que será capaz de soportar la tormenta. Nosotros también somos como un árbol. Nuestra cabeza es la copa del árbol durante la tempestad de una emoción fuerte, de modo que hemos de centrar la atención al nivel de nuestro ombligo. Después empezamos a practicar la respiración consciente. Nos concentramos sólo en la respiración y en cómo el estómago sube y baja. Es una práctica muy importante porque nos ayuda a ver que aunque una emoción sea muy fuerte, sólo permanecerá un determinado tiempo y después se irá; no durará siempre. Si aprendes a practicar de esta forma en tiempos difíciles, sobrevivirás a estas tempestades.
Has de saber que tus emociones no son más que emociones. Surgen, se quedan por algún tiempo y luego se van. ¿Por qué habría de morir alguien por culpa de una emoción? Tú eres algo más que tus emociones, y es importante recordarlo. Durante una crisis, cuando inspiras y espiras, ten presente que tus emociones se irán si sigues practicando. Después de haberlo logrado varias veces, confiarás en ti mismo y en la práctica. No te quedes atrapado en tus pensamientos y sentimientos. Centra tu atención en el estómago e inspira y espira. Esta tormenta desaparecerá, no temas.
Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh
Thich Nhat Hanh
Fotografía de Internet