miércoles, 7 de septiembre de 2016

DESCUBRIMIENTO


Crecimiento
Revelación 
Reminiscencia

El crecimiento espiritual no es en reali­dad un crecimiento como el de la semilla. La semilla debe crecer para transformarse en árbol. Entre la semilla y el árbol, hay una brecha. Esta brecha debe ser recorrida; hay una distancia. Tú no creces como una semilla; tú ya eres el crecimiento. Es sólo una revela­ción. No hay distancia entre tú como eres y tú como serás. ¡No hay distancia! Lo ideal, lo per­fecto, ya está allí.

Entonces, no es verdaderamente una cuestión de crecimiento. Es una cuestión de correr el ve­lo; es un descubrimiento. Algo está escondido; corres la pantalla y allí está. Es como si estuvie­ras sentado con los ojos cerrados: el sol está allí sobre el horizonte, pero tú estás a oscuras. De pronto, abres los ojos y es de día, hay luz.

El crecimiento espiritual no es verdadera­mente un crecimiento. La palabra es incorrecta. El crecimiento espiritual es una revelación. Al­go que estaba escondido se descubre. Algo que ya estaba allí, y te das cuenta de que allí está. Algo que nunca habías perdido, sino simple­mente olvidado, de pronto lo recuerdas. Por eso los místicos siempre usan el término "remi­niscencias". Dicen que lo divino no es un logro, sino sólo una reminiscencia. Algo que habías olvidado, y recuerdas.

Dios te atravesará sin impedimentos. Dios puede moverse a través de ti, entrar y salir: no hay nadie que genere una barrera. Cuando te abandonas, te abres a las fuerzas divinas. Después de eso, todo sucede en forma espontánea.


Referencia:
EL DIOS DE TODOS
Un camino espiritual para descubrir a Dios
OSHO
Fotografía tomada de internet