Nunca habían visto una ciudad. Viajaron a Madrid desde su aldea remota. Dalia y Felipe, indios tojolabales, se dejaron llevar, sin preguntar nada, siempre acompañados por madrileños cordiales que con ellos comían y paseaban.
Al cabo de algunos días, ya estaban bizcos por el vértigo de los automóviles y la marea humana, tanto autío y gentío, y se les había torcido el pescuezo de tanto mirar los altos edificios.
—¿Y cómo hacen ustedes para vivir unos encima de otros? ¿Y dónde siembran el maíz y los frijoles?
Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet