domingo, 5 de marzo de 2017

EL PODER DEL PENSAMIENTO INCONFORMISTA








Una cultura basada en el conformismo está condenada al atraso. El progreso implica la ruptura de algunas viejas reglas y la aceptación de otras nuevas. Lo que nos mueve es la apertura al cambio.72 Como ya dije antes, no me refiero al rebelde sin causa que protesta por protestar, sino a la capacidad razonada y razonable de inducir y promover transformaciones cuando sea necesario; y lo es cuando el bienestar de las personas se ve afectado o cuando un sistema de funcionamiento (organizacional o social) empieza a ser obsoleto. La actitud inconformista tiene que ver con mantener vivo un espíritu de sana oposición y sensato que ve en la renovación un factor de crecimiento. El pensamiento inconformista implica una mente abierta, antidogmática y flexible, lejos de los imperativos rígidos y más cerca de un cuestionamiento inteligente ¿Su peor enemiga? La resistencia al cambio.





El pensamiento inconformista te permite: 






  • Superar la necesidad de aprobación. 

  • Tener más claros tus propios gustos y preferencias.

  • Salvaguardar tu independencia psicológica y afectiva.

  • Aprender a discriminar cuándo una norma debe ser acatada y cuándo no. 

  • Respetar el pasado sin rendirle culto. 

  • Disminuir la resistencia al cambio. 

  • Afrontar el cambio con optimismo. 

  • Comprender que las crisis son necesarias para que cualquier transformación se lleve a cabo. 

  • Vencer los temores que se oponen al cambio: miedo a cometer errores, a envejecer o a caducar, a lo desconocido, a fracasar, etc





2. Gardner, H. (2004). Mentes flexibles. Barcelona: Paidós









Extracto del libro:



El arte de ser flexible




Walter Riso


Fotografía tomada de internet