lunes, 3 de abril de 2017

ALGUNOS «ISMOS» TRISTEMENTE CÉLEBRES







1. Racismo (prejuicio racial): cualquier teoría que defienda la superioridad biológica o intelectual de unas razas sobre otras. Además de los cuestionamientos éticos y políticos, desde el punto de vista científico se plantean dos cuestiones básicas contra el racismo: según la óptica biológica evolucionista no existen razas puras (aunque resulte molesto para algunos, tenemos el mismo origen genético); y todos los datos disponibles muestran que no existen diferencias significativas entre los cocientes de inteligencia de distintos grupos étnicos. Basta viajar por los diversos países y regiones del mundo moderno para darse cuenta de la variedad multiétnica que ha creado la globalización cultural y el intercambio racial. Como dice el psicólogo social Myers sobre el famoso golfista Tiger Woods: «Somos nosotros, no la naturaleza, los que denominamos a Tiger Woods “afroamericano” (su padre es 25 por ciento africano) o “asiático-americano” (también es 25 por ciento tailandés y 25 por ciento chino) o incluso “nativo-americano” u “holandés” (-tiene una octava parte de cada uno).» ¿Hasta dónde nos influye todavía la pigmentación de la piel? ¿En qué medida somos conscientes de ello? ¿El prejuicio racial podría llegar a influir en algunas de nuestras decisiones laborales, afectivas o sociales? 





2. Sexismo (prejuicio de género): cualquier teoría o discurso que defienda la superioridad (por ejemplo, biológica, intelectual o social) de un sexo sobre otro. El feminismo ha mostrado hasta la saciedad que la discriminación femenina estaba fundamentada en prejuicios pseudocientíficos y políticos. En el Diccionario de la tolerancia,76 Collo y Sessi citan a un científico del siglo XIX, Paul Julius Moebius, quien escribió un tratado de psiquiatría en el que sostenía, sin dudar, la teoría de la inferioridad mental de la mujer. La consideraba como: «... biológicamente deficiente; la naturaleza la quiere subordinada, sometida, esclava.» Esto no fue en la Edad Media, sino hace apenas cien años, hacia la misma época de Freud, quien tampoco era muy amigo de las mujeres (recordemos, entre otras muchas cosas, el complejo de castración). ¿Hasta dónde nos afecta todavía el género de las personas? ¿En qué medida somos conscientes de ello? ¿El prejuicio sexista podría llegar a influir en algunas de nuestras decisiones laborales, afectivas o sociales?





3. Clasismo (prejuicio de clase social): conjunto de ideas y actitudes que defiende la superioridad de cierto grupo social sobre los demás. Es muy común encontrarse con personas con delirios aristocráticos que sacan a relucir sus apellidos como si fueran cartas de recomendación, o con personas para quienes las diferencias «geográficas» de la ciudad donde viven determinan el valor intrínseco de los demás. El clasista se niega rotundamente a que se establezcan relaciones estrechas entre individuos de diferentes clases sociales. ¿Hasta dónde nos predispone todavía la extracción social de las personas que nos rodean? ¿En qué medida somos conscientes de ello? ¿El prejuicio clasista podría llegar a influir en algunas de nuestras decisiones laborales, afectivas o sociales?









Extracto del libro:



El arte de ser flexible




Walter Riso


Fotografía tomada de internet