En octubre del 92, el presidente Joaquín Balaguer erigió en Santo Domingo un faro descomunal en honor del Almirante y en ofensa del paisaje. El día de la inauguración, mientras las cenizas de Colón eran trasladadas de la catedral al faro, murió de muerte súbita la hermana de Balaguer, Emma, que había dirigido las obras, y se derrumbó la tarima donde el Papa de Roma iba a pronunciar su bendición.
En años y siglos anteriores, cada vez que la urna con las cenizas de Colón había sido abierta o mudada de lugar, habían estallado revoluciones y terremotos o se habían desatado inundaciones y ciclones. En Santo Domingo, mucha gente cree que Colón da mala suerte, trae fukú, pero quizá simplemente ocurre que a Colón, que fue hombre tan viajado, no le gusta nada que lo anden moviendo de aquí para allá.
Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet