Para ser flexible
• No te confíes demasiado. Dentro de cada ser humano puede permanecer oculto un tirano dispuesto a imponer su voluntad. Una manera de evitar caer en el autoritarismo es identificar en uno mismo la actitud dogmática y comprender que es una vulnerabilidad que se activará cuando la rigidez no te deje pensar.
• Si tratas de doblar un riel de acero no cederá un milímetro; y si lo hace, se romperá. Esa misma incapacidad la tiene la mente rígida. Si alguien sacara a relucir alguna contradicción profunda en tu manera de pensar, ¿qué harías si tuvieras el poder? ¿Aceptarías el dilema o el error con humildad? ¿Lo enmendarías tranquilamente o harías uso del poder para arrinconar al otro y hacerle callar?
• Los buenos líderes no necesitan la imposición o el castigo para defender sus ideas: la fuerza de los argumentos es suficiente. No seguirte en una idea no implica estar contra ti, sino manifestar un desacuerdo. ¿Por qué te ofendes entonces? ¿Acaso no eres mucho más que tus creencias, tus reglas o tu supuesto saber? ¿No te parece estúpido molestarse tanto porque alguien no piensa igual que tú? El tirano que llevamos dentro es como un Mr. Hyde que desplaza al bueno del Dr. Jekyll, especialmente cuando la rigidez nos trastorna. Darle a un dogmático el poder total es como activar una bomba. Antes o después explotará. ¿La solución? Flexibilidad y aprender a perder. O mejor, autocontrol para valientes: «Entrego el poder porque haré mal uso de él; existe “otro yo” en mí, que es mejor dejarlo quieto.»
Extracto del libro:
El arte de ser flexible
Walter Riso
Fotografía tomada de internet