miércoles, 2 de mayo de 2018

APRENDER A AMAR








A menudo sugiero a los jóvenes que hagan estos dos votos:





     1.- Hago el voto de desarrollar la comprensión para poder vivir en paz con las personas, los animales, las plantas y los minerales.


    2.- Hago el voto de desarrollar la compasión para proteger la vida de las personas, los animales, las plantas y los minerales.





Para poder amar a alguien, has de comprenderle, porque el amor está hecho de comprensión. Si no le comprendes, no puedes amarle. La meditación consiste en observar a fondo para comprender las necesidades y el sufrimiento de las otras personas. Cuando sientes que alguien te comprende, sientes que el amor penetra en ti. Es una sensación maravillosa. Todos necesitamos comprensión y amor.





A la gente le gusta hacer cosas diferentes. Supón que al salir del instituto tu amigo quiere ir a jugar al tenis, pero tú prefieres dedicarte a leer un libro. Como deseas hacerle feliz, decides olvidarte del libro e ir a jugar al tenis con él. Al hacerlo, estás practicando la comprensión. Al comprenderle, le estás dando alegría. Y cuando le haces feliz, tú también eres feliz. Es un ejemplo de cómo practicar la comprensión y el amor.





Siempre que recites estos dos votos, hazte esta pregunta: “Ya que he hecho estos votos, ¿he intentado aprender algo sobre ellos? ¿He intentado ponerlos en práctica?”. No quiero que me contestes con un sí o un no. Aunque hubieras intentado aprender algo de ellos y practicarlos, aún no basta. La mejor forma de responder es abrirte dejando que estas preguntas penetren a fondo en todo tu ser mientras inspiras y espiras. Y al abrirte a ellas y dejarlas entrar dentro de ti, empezarán a actuar silenciosamente.






La comprensión y el amor son las dos enseñanzas más importantes del Buda. Si no intentamos abrirnos, comprender el sufrimiento de los demás, no podremos amarles ni vivir con ellos con armonía. También hemos de intentar comprender a los animales, las plantas y los minerales y proteger su vida, e intentar vivir armoniosamente con ellos. Si no podemos comprenderles, no podremos amarles. El Buda nos enseñó a contemplar a los seres vivos con una mirada llena de amor y comprensión. Te ruego que aprendas a practicar esta enseñanza.









Extracto del libro:


A la sombra del manzano rosal


El budismo explicado a los niños


Thich Nhat Hanh


Fotografía tomada de internet