Pocos son los que ven con sus propios ojos y sienten con su propio corazón.
(Albert Einstein)
Tener una visión propia es sinónimo de autenticidad, lo cual no está reñido con aprender de los demás y seguir el ejemplo de aquellos a quienes admiramos. Significa vivir conscientemente lo que decidimos y hacemos, así como tomar responsabilidad de las consecuencias.
Según el psiquiatra Enrique Rojas, la persona auténtica es aquella que tiene en sí misma su propio fundamento, que lucha por ser coherente —de pensamiento, palabra y acto—;es decir, que «la persona auténtica vive como piensa: es lo contrario de la doble vida o moral. Es rectitud, vivir con responsabilidad, ser capaz de ir contracorriente cuando el entorno social se vuelve permisivo y asoma el todo vale, el haz lo que quieras, o lo que se expresa en el lenguaje de la calle como “vive el momento y no pienses más”».
Una persona con su propia visión es sencilla y natural, sin trampas ni máscaras, pues se muestra tal como es. Esto no es fácil, puesto que la sencillez es un ejercicio de humildad que requiere esfuerzo y constancia.
Según Enrique Rojas, la autenticidad va ligada a:
- Ser verdadero con uno mismo. «Su comportamiento es claro, nítido, y cuando dice una cosa dice lo que siente y lo hace siendo responsable de esa afirmación.»
- Poner la verdad por delante. «El que es auténtico llama a las cosas por su nombre y es capaz de ir contracorriente aunque la mayoría diga otra cosa, evita la mentira y la personalidad múltiple, así como el cambio de chaqueta y la psicología del rumor malintencionado.»
- Eliminar las contradicciones. «No hay verdadero progreso personal sin lucha, sin esfuerzo por limar y pulir lo que estorba, lo que no va bien. Se tarda en llegar a ser auténtico, no es un camino carretero sino empinado, pero al final del mismo se encuentra la alegría.»
- Saber hacia dónde vas. «Tiene una orientación general en cada circunstancia para vivir desde sí mismo. Depende poco de lo de fuera y mucho de lo de dentro, de sus propios criterios. La presión externa le influye poco, y no dice que algo es verdad porque lo digan la mayoría o las estadísticas».
- Ser íntegro. «Huye de la apariencia de dar una imagen hacia fuera y una distinta hacia dentro, sabe defender en cualquier ambiente sus ideas y creencias, aunque caigan mal, o no estén de moda, o no sean políticamente correctas. Esa es su grandeza y también su exigencia.»
Llegar a nuestro propio punto de vista, a la autenticidad a pesar de lo que los demás puedan pensar o decir, es un camino difícil y largo, pero que aporta paz mental, autonomía y la alegría de ser coherentes con nosotros mismos, dedicados a lo que nos da sentido realmente.
Tomado del libro:
Einstein para despistados
Allan Percy
Fotografía de Internet