CAPITULO 12
CUANDO LA VIDA SE VUELVE ADVERSA
La Selección Inadvertida no es más que un aspecto poco conocido de la Creación Personal que puede hacer pensar a la gente que la Creación Personal no funciona. También existe la Ley de los Opuestos, de la cual la gente sabe menos todavía, y que produce el mismo efecto que la Selección Inadvertida, pero por motivos distintos.
La Ley de los Opuestos es el segundo de los cinco grandes Principios de la Vida, y funciona en armonía perfecta con la Energía de Atracción. Este principio afirma que en cuanto convocas alguna cosa a tu realidad, aparecerá también su opuesto absoluto... y siempre primero.
¿Y qué es esto? ¿Qué estoy diciendo?
Estoy diciendo que en cuanto eliges algo (cualquier resultado, objeto o vivencia), aparecerá en tu vida de alguna manera lo absolutamente opuesto al mismo. Puede que aparezca en algún paraje muy remoto, o puede que te salte a la cara; pero lo seguro es que estará allí.
Es necesario que aparezca «lo opuesto» a lo que estás eligiendo crear con la Energía de Atracción, porque la vida no se puede conocer en un vacío. Debe existir un contexto en el que puedas conocer lo que has elegido. Como hay muchas personas que no saben esto, es fácil que adopten un pensamiento negativo precisamente cuando el universo se disponía a poner ante ellas todo lo que deseaban sus corazones.
No interpretan la aparición de lo opuesto como indicio seguro y cierto de que van por el buen camino, rumbo a su objetivo elegido. Lo consideran, más bien, un obstáculo, un bloqueo.
Se sienten entre la espada y la pared, cuando en realidad se encuentran ante una puerta abierta. Sólo el discernimiento les podría permitir conocer la diferencia. Aquí es donde interviene el Don de la Sabiduría, que estudiaremos un poco más adelante.
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La Ley de los Opuestos se basa en el principio fundamental y básico de toda vida: «En ausencia de lo que no eres, lo que eres no es».
Sí, sí, ya sé que esta frase no está muy clara. Voy a aclararla.
Supongamos, para ilustrar la cuestión, que quieres vivirte a ti mismo como «la luz». (Dicho sea de paso, muchas personas han elegido esto mismo. Quieren ser la Luz —y, por tanto, traer la Luz— allí donde estén, allí donde aparezcan.)
Imaginémonos ahora, para ilustrar nuestro ejemplo, que alrededor de ti no tienes nada más que la Luz; que, de hecho, no existe nada más que la Luz.
Esto te haría imposible vivirte a ti mismo como la Luz. Puedes «conocerte» a ti mismo como tal, pero no puedes «vivirte» como tal.
(La diferencia entre conocimiento y vivencia consiste en que se vive lo que se sabe a sí mismo que es aquello a lo que anhela el alma.)
La única manera posible de que te vivas a ti mismo como la Luz sería que te encontrases en la oscuridad. Pero recuerda que nuestro ejemplo no existe la «oscuridad». En el ejemplo no existe más que la Luz. Por ello, debes crear la oscuridad. Debes evocarla. Y la evocarás.
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Ésta es la Ley de los Opuestos, que te otorga oportunidades. Pero si no ves en lo opuesto una oportunidad sino una oposición, no lo verás como algo que te potencia sino como algo que te quita poder. Caerás en el pensamiento negativo sin entender que tú, tú mismo, has utilizado la Energía de Atracción para atraerte la oscuridad además de la luz (los resultados que tú llamarías «negativos», además de los que llamarías «positivos») para que puedas vivir plenamente los resultados positivos que estás creando.
En los opuestos se encuentra poder, y éste es el funcionamiento complicado de la atracción con todos los grandes principios de la vida. Estos principios funcionan concertadamente; funcionan como un mecanismo perfecto (el Mecanismo de la Manifestación), como los engranajes de un reloj bien ajustado.
¿Qué debemos hacer, pues, cuando parezca que la Ley de los Opuestos está frustrando la Creación Personal, en vez de apoyarla?
Entender exactamente lo que pasa.
Procura ver en la aparición de lo «opuesto» tu primer indicio de que la Creación Personal está funcionando sin fisuras. Recuerda que el primer paso para crear cualquier cosa es crear un contexto en el que la cosa se pueda vivir. No te resistas a lo opuesto de cualquier cosa que quieras vivir. En lugar de ello, abrázalo.
Míralo fijamente y reconócelo como lo que es.
A lo que te resistes, persiste. Esto se debe a que, al prestarle una atención continua de manera negativa, lo estás poniendo allí continuamente. No es posible resistirse a una cosa que no está allí. Cuando te resistes a algo, lo pones allí. Al enfocar sobre ello energía de ira o de frustración, lo que haces en realidad es darle más vida.
Por eso, todos los grandes maestros nos han recomendado «no resistirse al mal». No luches contra lo que está en el término opuesto de tu deseo anunciado o de tu resultado preferido. En vez de ello, acéptalo tranquilamente.
Sé que esto puede parecer extraño, pero te prometo que funciona. No te pongas rígido y tenso, dispuesto a librar batalla. No te opongas nunca a lo que se opone a ti. No Oponerse: Componerse.
¿Lo entiendes? Recuerda siempre esta reglita:
No oponerse; componerse.
Compón tu idea original de cómo quieres que se presente la vida. Y, ya de paso, componte tú mismo. Llega a un punto de seguridad relajada de que la vida funciona perfectamente. Pero no confundas relajación con aceptación.
«No resistirse al mal» no significa que no debas intentar cambiar aquello que no elijas. Cambiar una cosa no es resistirse a ella; es, simplemente, volver a elegir. El cambio no es resistencia sino alteración. Modificar no es resistir sino, más bien, continuar la Creación Personal.
La modificación es creación. La resistencia es el fin de la creación.
Mantiene firmemente en su lugar la creación anterior.
¿Lo ves?
En todo momento de dificultad y de desafío en tu vida tienes la posibilidad de elegir entre oponerte y componerte. Voy a repetirlo: puedes oponerte a lo que estás viviendo, o componer lo que eliges.
Compón lo que eliges.
Ahora, gracias a la Ley de los Opuestos, tienes un contexto en el que vivirlo. Y esto es lo más grande que te puede dar el universo. Éste es un aspecto importante de la «fórmula misteriosa» de la vida que sólo rara vez se explica. Y todavía hay más.
Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet