miércoles, 7 de abril de 2021

QUÉ VA A PENSAR LA GENTE SI ME SEPARO (3er mandato social)


Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.

Primer mandato social: "La separación es un fracaso"

Segundo mandato social: "Qué va a pensar la gente si me separo"

Tercer mandato social: "Mi deber es luchar por el matrimonio"

Luchar por el matrimonio implica tener con quién compartir la lucha. Salvar una relación siempre es un trabajo de dos: si no hay con quién, el problema se hace irresoluble o queda latente.

Una mujer, entre lágrimas, me comenta: "Mi marido tiene una amante desde hace tres años y cada vez que toco el tema me insulta... Pero no me voy a dar por vencida: voy a luchar por mi matrimonio". En otra cita, el marido me dice lacónicamente: "Mi esposa es la madre de mis hijos y la quiero, pero no la amo ni la deseo... Amo a mi amiga y espero poder irme a vivir con ella lo antes posible. Ya le he dicho esto a mi esposa cientos de veces, pero ella insiste en que le dé otra oportunidad".

En la vida, como en el amor, hay que saber perder. ¿No te aman? Verifica la información, tantea el desamor de tu pareja y, si es verdad, nada qué hacer, se acabó. Duele hasta el alma, pero, ¿de qué sirve seguir luchando, si ya se perdió la guerra o si la lucha es indigna? Es más adaptativo reemplazar la resignación negativa (aguantar y tolerar los golpes, las mentiras o los engaños) por una resignación positiva: "Ya no hay nada qué hacer". ¡Qué alivio! Como ya dije: lo ideal es ser capaz de pasar del sufrimiento inútil, que se genera al estar empantanado en una relación sin futuro, al sufrimiento útil de la elaboración del duelo. No puede ser una norma generalizada la de luchar a brazo partido por cualquier relación, sea buena o mala. La perseverancia también tiene un límite. El mandato de la permanencia afectiva, que tanto defiende la cultura casamentera, hace que millones de personas sigan durando y tratando de mantener por obligación relaciones totalmente descabelladas.

¿Luchar o no luchar? Depende; si mi dignidad no está en juego y si el esfuerzo se justifica, estaré presente en cuerpo y alma. Salvar lo salvable en la conjunción de la pasión, la amistad y la ternura, sin violencia. El amor es una cuestión de calidad total, lo bueno no "tapa" lo malo. Si tu pareja es tierna por la mañana y te maltrata por la noche, el maltrato no se diluye en el cariño mañanero.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet