El fundamento de la fórmula es el siguiente: Si no estuvieras ocupado activamente en volverte desdichado, serías feliz. Nacimos felices. Toda la vida está atravesada de felicidad. Existe el dolor; por supuesto que existe. Así, pues, nacimos con el don de la felicidad, pero lo perdimos. Nacimos con el sentido de la vida, pero lo perdimos.
Debemos descubrirlo. ¿Por qué lo perdimos? Porque nos enseñaron a trabajar activamente para volvernos desdichados. ¿Cómo lo lograron? Enseñándonos a apegarnos, enseñándonos a tener deseos tan intensos que nos rehusaríamos a ser felices a menos que fueran satisfechos.
Todo lo que tú debes hacer es sentarte durante dos minutos y limitarte a observar cuan falso es decir que no serías feliz sin A o B o X o Y o lo que sea. Lo trágico es que no lo harás. ¿Sabes por qué? Porque, si te sentaras a observar, podrías ver la falsedad. (Sé que yo no me sentaría; me resistí a ello durante años.)
Tú dirías:
-¿Que si no atrapo a Mary Jane, o si no atrapo a John, no seré feliz? ¡Eh!, eso es falso.
Antes de encontrarme con él yo era feliz.
¿Sabes una cosa? Una vez me enamoré de alguien y, entonces..., bueno, la perdí y tenía el corazón destrozado. Pero, ¿qué sucedió? ¡Ahora estoy bien! Por lo tanto, ella no era mi felicidad, después de todo. ¿Recuerdas cuando, en tu infancia, perdías algo y pensabas: "nunca voy a ser feliz sin esto"? ¿Qué pasó? Si lo encontraras ahora no lo mirarías siquiera. ¿Por qué no aprendemos? ;Oh, no, no! Tenemos que vivir en la ilusión. Uno se siente bien; uno se siente estimulado. ¿No es cierto? A mí me estimula.
Queremos estímulos; no queremos la felicidad. Queremos emociones. Y cada vez que tenemos una emoción sufrimos una ansiedad, porque podríamos perderla o podríamos no conseguirla, y entonces tendríamos una depresión.
La fórmula de la felicidad es tan sencilla que, como te lo anticipé, podría explicártela en dos minutos. Si la escucharías o no es otra cuestión; eso depende de tu propio corazón.
Entonces, aquí va: El mundo está lleno de sufrimiento; la raíz del sufrimiento es el deseo - apego; la supresión del sufrimiento es el abandono del apego. ¿Cómo se lo abandona? Basta con mirar para comprender que está basado en una creencia falsa, la creencia de que "sin esto no puedo ser feliz" . ¡Eso es falso!
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet