La señora Pepita, de noventa y dos años de edad, estaba completamente lista como cada mañana a las ocho en punto. Con su cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado, pese a tener muchas dificultades de visión, estaba dispuesta a mudarse aquel mismo día a una residencia geriátrica. Su marido había muerto.
Después de esperar pacientemente en la recepción de la residencia, sonrió dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras maniobraba su andador dirigiéndose hacia el ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana.
- Me encantan – dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de ocho años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro.
- Señora Pepita, usted aún no ha visto el cuarto...
- Eso no tienen nada que ver – dijo ella. La felicidad es algo que uno decide con anticipación. El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, depende de cómo esté arreglado el lugar, depende cómo yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría. ¡Esta es una decisión que tomo cada mañana al levantarme!
Agradeciendo a Joan y su blog (http://blocjoanpi.blogspot.com.es), por sus comentarios sobre conSentido...visita su blog
La Vida viene a cuento. Relatos de Ecologia Emocional.
Jaume Soler y Maria Mercà Conangla.
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