viernes, 28 de diciembre de 2012

LA ENFERMEDAD

Un ruiseñor decía cierta vez a un pavo real:

-Cuando yo trino, la gente me rodea para escuchar la belleza y pureza de mi canto; el hombre tal vez sea asesino, pero también es esteta.

El pavo real, después de escuchar con atención, decidió atraer a una muchedumbre para que admirara su hermoso plumaje, incomparablemente más exquisito, que ningún ruiseñor podría exhibir.

Con ese propósito acudió a un lugar donde se congregaban seres humanos y se pavoneó frente a ellos, plegando y desplegando su cola, escondiendo y extendiendo sus plumas ante la mirada de todos.

Uno de los espectadores dijo:
-Ese infortunado pavo real tiene algo que no anda bien; no puede quedarse quieto. Debe ser alguna enfermedad.

En vista de lo cual tomaron al pavo real y lo mataron, no fuese que la enfermedad se propagase a sus aves domésticas.

Del libro:
El Monasterio Mágico
Shah Idries