La primera cosa que ocurre en la meditación es que empezamos a tomar conciencia de lo que ocurre. Aunque sigamos huyendo y siendo indulgentes, podemos ver claramente que lo hacemos. Uno pensaría que el hecho de ver las cosas claramente las haría desaparecer, pero no es así. Por tanto, durante largo tiempo simplemente vemos las cosas con claridad. En la medida en que estamos dispuestos a ver nuestra indulgencia o nuestra represión con claridad, empiezan a perder fuerza y desgastarse, aunque desgastarse no sea lo mismo que desaparecer. En su lugar empieza a surgir una perspectiva más amplia, más generosa, más iluminada.
Extracto del libro:
CUANDO TODO SE DERRUMBA
PEMA CHÖDRON