sábado, 27 de julio de 2013

SENTIDO COMÚN


Un señor va a visitar a un sabio y le dice:

—Yo quiero que me enseñes tu sabiduría porque quiero ser sabio; quiero poder tomar la decisión adecuada en cada momento. ¿Cómo hago para saber cuál es la respuesta indicada en cada situación?

Entonces, el sabio le dice:

—En lugar de contestarte te voy a hacer una pregunta: Por una chimenea salen dos señores, uno de ellos con la cara tiznada y el otro con la cara limpia, ¿cuál de los dos se lava la cara?

—Bueno, eso es obvio —dice el hombre—, se lava la cara el que la tiene sucia.

Y el sabio le contesta:

No siempre lo obvio es la respuesta indicada. Andá y pensá.

El hombre se va, piensa durante quince días y regresa contento para decirle al sabio:

—¡Qué estúpido fui! Ya me di cuenta: el que se lava es el que tiene la cara limpia. Porque el que tiene la cara limpia ve que el otro tiene la cara sucia y entonces piensa que él mismo también la tiene sucia. Por eso se lava. En cambio, el que tiene la cara sucia ve que el otro tiene la cara limpia y piensa que la de él también debe estar limpia. Por eso no se lava.

—Muy bien —agrega el sabio—, pero no siempre la inteligencia y la lógica pueden darte una respuesta sensata para una situación. Andá y pensá.

El hombre regresa a su casa a pensar. Pasados quince días vuelve y le dice al sabio:

—¡Ya sé! Los dos se lavan la cara. El que tiene la cara limpia, al ver que el otro la tiene sucia, cree que la suya también está sucia y por eso se lava. Y el que tiene la cara sucia, al ver que el otro se lava la cara piensa que él también la tiene sucia y entonces también se la lava.

El sabio hace una pausa y luego añade:

No siempre la analogía y la similitud te sirven para llegar a la respuesta correcta.

—No entiendo —dice el hombre.

El sabio lo mira atentamente y le dice:

—¿Cómo puede ser que dos hombres bajen por una chimenea, uno salga con la cara sucia y el otro con la cara limpia?

La mayor parte de las veces, para encontrar la respuesta correcta lo único que hace falta es el sentido c
omún.

Y es el sentido común el que, sin lugar a dudas, nos grita desde nuestro yo interno más sabio: ¡Utilizá 
todo lo que tenés para redoblar tu posibilidad de llegar adonde querés!

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay