La gente insegura no desea la felicidad de verdad, porque teme el riesgo de la libertad y, por ello, prefiere la droga de los deseos. Con los deseos viene el miedo, la ansiedad, las tensiones y... por descontado, la desilusión y el sufrimiento continuos. Vas de la exaltación al desespero.
¿Cuánto dura el placer de creer que has conseguido lo que deseabas?. El primer sorbo de placer es un encanto, pero va prendido irremediablemente al miedo a perderlo, y cuando se te apoderan las dudas, llega la tristeza.
La misma alegría y exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor de cuando se marcha… o cuando lo esperas y no viene... ¿Vale la pena?. Donde hay miedo no hay amor y podéis estar bien seguros de ello.
La misma alegría y exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor de cuando se marcha… o cuando lo esperas y no viene... ¿Vale la pena?. Donde hay miedo no hay amor y podéis estar bien seguros de ello.
Del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello