Un arquero quería llegar a lanzar flechas con tal fuerza que atravesaran un ejército entero. Trabajó años. Al fin, después de lograr progresos sobrehumanos, con el alma llena de odio, estiró su arco decidido a enviar el golpe más mortífero de la historia. Soltó la tensa cuerda y la flecha salió con tal energía que dio una vuelta alrededor del planeta y vino a clavarse en la espalda del arquero.
COMENTARIO.- El mal que hacen alguna grandes potencias contaminará al planeta de tal modo que terminará, como un cáncer interno, por carcomerlas a ellas mismas.