El amor es una relación entre otra persona y tú. La meditación es una relación entre tú y tú mismo. El amor es hacia fuera, la meditación es hacia dentro. El amor es compartir. Pero ¿cómo puedes compartir si no lo tienes en primer lugar? ¿Qué vas a compartir?
La gente tiene ira, celos, odio, así que en nombre del amor, poco a poco empieza a compartir esas cosas, porque es eso lo que tiene. Cuando se acaba la luna de miel y te desprendas de las máscaras y la realidad cobre vida y te vuelvas un ser real, entonces, ¿qué compartirás? Aquello que tienes. Si es ira, entonces será ira; si es posesividad, entonces será posesividad. Luego surge la lucha y el conflicto y cada uno intenta dominar al otro. La meditación te dará algo que se podrá compartir. La meditación te brindará la calidad, la energía que pueden convertirse en amor si están relacionados con alguien. Por lo general no posees esa cualidad. Nadie la tiene. Debes crearla. El amor no es algo con lo que naces. Es algo que tienes que crear, algo en lo que tienes que convertirte. Es una lucha, un esfuerzo y un gran arte.
Cuando tengas un amor que rebose, entonces podrás compartir. Pero eso únicamente puede suceder cuando te relaciones contigo mismo. Y la meditación no es otra cosa que aprender a relacionarse con uno mismo.
Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 175
DÍA A DÍA
Osho
Día 175