Sexta Categoría de Humillación:
La sexta forma de sumisión es la más sutil y utilizada. Consiste simplemente en no expresar los gustos o necesidades. Un silencio zalamero y disimulado, que agrada y halaga a la otra parte y, de paso, la retiene. La humillación no se nota y la manipulación es encubierta: “Si me dejo llevar, nunca me dejará”. A los ojos de cualquier observador desprevenido, la pareja es modelo de perfección. Las coincidencias sorprenden y la congruencia es increíble. Pero en realidad el adicto se somete a los gustos del otro: “Lo que tu quieras, mi amor” o “Lo que te parezca a ti está bien”. El amor en pasta y bien administrado. Un sometimiento sagaz, que garantiza la permanencia del dador afectivo y sus respectivos beneficios.
Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso