lunes, 21 de octubre de 2013

EL MONJE TONTO


Frente al monasterio se instaló un mercader. Puso en una mesa un montón de cubos con patas, y un cartel: “¡Hoy, gran barata de gragrofos!” Con una bocina, clamó: “¡Compre un gragrofo ahora, rebajado a sólo cien pesos! ¡Sea previsor!” Un joven monje interrumpió su meditación junto al maestro y corrió para colocarse frente al vendedor, quien se apresuró a decirle: “¡Aproveche la rebaja!” Para hacerlo tonto, el monje le contestó que sólo tenía ochenta pesos. El mercachifle, con una sonrisa le respondió: “¡No importa: le perdono los pesos que le faltan!” El monje compró su objeto y feliz llegó a mostrárselo al maestro: “¡Ahorré veinte pesos!” El viejo lo miró con compasión: “¡No! ¡Perdiste ochenta pesos, porque los gragrofos no sirven para nada!”

COMENTARIO.- A los poderosos les conviene crearnos falsas necesidades para que nos alegremos de triunfos inútiles, que a ellos les llenan los bolsillos de dinero extraído de nuestra salud física y mental.

Alejandro Jodorowsky
Plano Sin Fin