Cuando observas la mente, retiras conciencia de las formas mentales, y esa conciencia se convierte en el observador o testigo. En consecuencia, el observador —conciencia pura más allá de la forma — se fortalece y las formaciones mentales se debilitan.
Cuando hablamos de observar la mente estamos llevando a la esfera personal un evento de significado
cósmico: a través de ti, la conciencia está despertando de su sueño de identificación con la forma y se está
retirando de la forma. Esto presagia un suceso —y a la vez forma parte de él— que probablemente aún queda
en un futuro lejano. Ese suceso es el fin del mundo.
PARA MANTENERSE PRESENTE EN LA VIDA COTIDIANA resulta útil estar profundamente arraigado en uno
mismo porque, de lo contrario, la mente, que tiene una enorme inercia, te arrastra como la crecida de un río.
Mantenerte presente significa habitar tu cuerpo plenamente. Tener siempre parte de tu atención en el campo
energético interno de tu cuerpo. Sentir el cuerpo por dentro, por así decirlo. La conciencia corporal te mantiene
presente. Te ancla en el ahora.
El cuerpo que puedes ver y tocar no puede llevarte al Ser. Pero este cuerpo visible y tangible sólo es un
caparazón externo o, más bien, una percepción limitada y distorsionada de una realidad más profunda. En tu
estado natural de conexión con el Ser, esa realidad más profunda puede sentirse a cada momento como el
cuerpo interno invisible, la presencia interna que te anima. Por tanto, «habitar el cuerpo» es sentirlo desde
dentro, sentir la vida dentro del cuerpo y así llegar a saber que eres más allá de la forma externa.
Estarás desvinculado del Ser mientras tu mente consuma toda tu atención. Si te ocurre esto —y a la mayoría
de la gente le sucede continuamente—, significa que no estás en tu cuerpo. La mente absorbe toda tu
conciencia y la transforma en materia mental. No puedes dejar de pensar.
Para hacerte consciente del cuerpo, necesitas reorientar tu conciencia mental. Ésta es una de las tareas más
esenciales del camino espiritual porque libera enormes cantidades de conciencia que habían quedado
atrapadas en el pensamiento inútil y compulsivo. Una manera eficaz de hacerlo es retirar el foco de atención
del pensamiento y dirigirlo hacia el cuerpo, donde, al principio, podremos sentir el Ser como un campo
energético invisible que da vida a lo que percibimos como nuestro cuerpo físico.
PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA (extracto)
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios EsencialesEckhart Tolle