"Vino a mí un hombre y dijo: "Tengo mucho miedo a la muerte". Tenía cáncer, y la muerte estaba muy cerca; podía suceder cualquier día. Y no podía aplazarla. Sabía que iba a suceder. Vendría en cuestión de meses o incluso de semanas.
Estaba realmente, físicamente, literalmente, temblando, y dijo: "Dame tan sólo una cosa: ¿cómo puedo librarme de este miedo a la muerte? Dame algún mantra, o algo que pueda protegerme o darme valor para afrontar la muerte. No quiero morir temblando de miedo". El hombre dijo: "He acudido a muchos santos. Me han dado muchas cosas; fueron muy amables. Alguien me ha dado un mantra, alguien me ha dado algunas cenizas sagradas, alguien me ha dado esta imagen, alguien me ha dado alguna otra cosa, pero nada sirve. Todo es en vano. Ahora he venido a ti como último recurso. Ya no iré a nadie más. Dame algo".
Así que le dije: "Aún no eres consciente. ¿Por qué estás pidiendo algo? ¿Para librarte del miedo? Nada servirá. No puedo darte nada; si no, igual que los demás han fracasado, yo también fracasaré. Y te dieron algo porque no saben lo que hacen. Sólo puedo decirte una cosa: Acéptalo. Tiembla si hay temblor... ¿Qué puedes hacer? Viene la muerte y sientes un temblor, así que tiembla. No no lo rechaces, no lo reprimas. No intentes ser valiente. No hay necesidad. Viene la muerte. Es natural. Ten miedo totalmente".
Él dijo: "¿Qué estás diciendo? No me has dado nada. Más bien, por el contrario, dices que lo acepte.
Le dije: "Sí, acepta. Vete y muere en paz con total aceptación".
Después de tres o cuatro días, volvió y dijo: "Funciona. No podía dormir durante muchísimos días, pero estos cuatro días dormí profundamente, porque es así, tienes razón". Me dijo: "Tienes razón. El miedo está ahí, la muerte está ahí, no se puede hacer nada. Todos los mantras son embaucamientos, no se puede hacer nada.
Ningún doctor puede ayudar, ningún santo puede ayudar. La muerte está ahí, es un hecho, y estás temblando. Es natural. Llega una tormenta y todo el árbol tiembla. Nunca va a ningún santo a preguntar cómo no temblar cuando está pasando una tormenta. Nunca va a por un mantra para cambiar, para protegerse. Tiemba. Es natural; es así.
Y el hombre dijo: "Pero ha sucedido un milagro. Ya no tengo miedo". Si aceptas, el miedo empieza a desaparecer. Si lo rechazas, te resistes, luchas, le das energía al miedo. Ese hombre murió en paz, sin miedo, sin temor, porque pudo aceptar el miedo. Acepta el miedo y éste desaparece".
Osho
El Libro de los Secretos
Tomado del blog Osho Maestro