La verdad nunca se conoce estudiándola; hay que encontrar la verdad, hay que hacerle frente. Quien estudia el amor es como quien estudia el Himalaya viendo un mapa de las montañas. ¡El mapa no es la montaña! Si te obsesionas demasiado con el mapa, no verás la montaña. Si te obsesionas demasiado con el mapa, puedes tener la montaña delante de ti, pero seguirás sin ser capaz de verla.
Y es así. La montaña está delante de ti, pero tus ojos están llenos de mapas, mapas de la montaña, mapas de esa misma montaña hechos por diversos exploradores. Unos han escalado la montaña por la cara Norte, otros por el Este. Han hecho distintos mapas: el Corán, la Biblia, el Gita... diferentes mapas de la misma verdad. Pero tú estás tan lleno de mapas, tan agobiado por su peso que no puedes moverte ni un centímetro. No puedes ver que la montaña está delante de ti, las cumbres de nieve inmaculada brillando como el oro bajo el sol de la mañana. No tienes ojos para verlo.
Osho