miércoles, 13 de agosto de 2014

MENOS DESEO


Primer tipo de soledad.

Menos deseo es la voluntad de estar solos cuando todo en nosotros anhela algo que nos anime y que cambie nuestro estado de ánimo. Practicar este tipo de soledad es una forma de plantar las semillas para que nuestra inquietud fundamental disminuya. En la meditación, por ejemplo, cada vez que ponemos la etiqueta «pensamiento» en lugar de dejar que nuestros pensamientos no den cien vueltas, nos estamos entrenando a estar presentes y no dejarnos disociar.

En la medida en que no estuvimos dispuestos a hacerlo ayer, hace una semana o un año, tampoco podremos hacerlo ahora. Después de practicar «menos deseo» consistentemente y de corazón, algo cambia. Sentimos menos deseo en el sentido de que nos sentimos menos seducidos por los Importantísimos Guiones de Nuestra Vida. Por tanto, aun en presencia de esta soledad que nos quema, somos capaces de sentarnos con la inquietud durante 1,6 segundos cuando ayer no aguantábamos ni uno. Éste es el camino del guerrero, éste es el sendero de la valentía. Cuanto menos nos descentremos y nos volvamos locos, más saborearemos la satisfacción y la frescura de la soledad. Como solía decir el maestro zen Katagiri Roshi: «Uno puede sentirse solo y no estar perdido.»

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron