sábado, 30 de agosto de 2014

«SÓLO ME SACRIFICO UN POCO»


No es posible destruirse «un poco» y que ese hecho no afecte a la persona en su totalidad. Ser «un poco» ruin de todos modos te hace ruin; ser «un poco» asesino te convierte en asesino... No es posible frenar o inhibir el impulso de tus talentos naturales o de tus virtudes sin que lo notes y te impacte negativamente. Anularse y bloquear el desarrollo de las propias fortalezas, aunque sea por amor, generará una desorganización interior que tu cerebro evaluará como contraproducente y negativa. Una «pizca» de infección alterará todo tu cuerpo y «algo» de depresión hará que funciones a medio gas por la vida. El problema no es cuantitativo, sino cualitativo.

Una estudiante de medicina que mostraba mejor rendimiento académico que su novio decidió «bajar sus notas para solidarizarse con él». Ambos estudiaban la misma carrera, pero al hombre le iba bastante mal, mientras que ella estaba considerada como una de las mejores de su promoción. Su táctica era la siguiente: si en un examen sabía las respuestas correctas, sólo contestaba algunas. Y cuando él fallaba en un examen, ella lo animaba con el siguiente argumento: «¡A mí tampoco me ha ido bien, no te preocupes, eso es normal!», y le mostraba sus bajas calificaciones. Al poco tiempo, los profesores le llamaron la atención por su «inexplicable» descenso en el rendimiento y le sugirieron que regresara a su nivel, pero fue en vano: ella seguía empecinada en su estrategia protectora y todo hacía pensar que el «amor» por su pareja era más fuerte que el amor por la medicina. Un día cualquiera, durante una consulta, le pregunté por qué no cambiaba la manera de encarar el problema y trataba de convencer a su novio de que pidiera una asesoría profesional en el área vocacional. Me dijo que eso sería terrible para la autoestima del joven. Mi respuesta fue la siguiente: 

«¿No sería mucho “más terrible” seguir de fracaso en fracaso? Sé que no soportas verlo sufrir, pero quizá le estés haciendo un flaco favor. Además: ¡no todo el mundo ha nacido para ser médico! Si realmente lo quieres, busca su bien en vez de tapar o enmascarar los problemas». Finalmente, el novio aceptó ir a la consulta de un orientador profesional, dejó la carrera de medicina y comenzó a estudiar administración, donde destacó de inmediato. Mi paciente se liberó de la carga del sacrificio irracional y volvió a ser la buena estudiante que era, aunque necesitó varias sesiones de psicoterapia para cambiar su estilo afectivo.

No digo que no ayudes a tu pareja, lo que sostengo es que la anulación de tus propias capacidades por amor es insostenible para quienes defienden el bienestar del ser humano. Ayudar a la persona que amas, sin destruirte, es ayudar dos veces.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso