sábado, 6 de septiembre de 2014

SEGUNDO TIPO DE SOLEDAD (CONTENTARSE).


Puedes ver el primer tipo de soledad en el link:
http://consentido2.blogspot.mx/2014/08/menos-deseo.html

El segundo tipo de soledad es contentarse. Cuando no tenemos nada, no tenemos nada que perder. No tenemos nada que perder pero estamos programados hasta la médula para creer que tenemos mucho que perder. Esta sensación de tener mucho que perder se basa en el miedo a la soledad, al cambio, a cualquier cosa que no pueda resolverse, a la no existencia; se basa en la esperanza de que podemos evitar ese sentimiento y en el miedo a no poder convertirnos en nuestro propio punto de referencia.

Cuando dibujamos una línea por el centro de una página, sabemos quiénes somos si nos ponemos en el lado izquierdo o en el derecho, pero no sabemos quiénes somos si no nos ponemos en ningún lado. Entonces no sabemos qué hacer; simplemente no lo sabemos. No tenemos punto de referencia, ninguna mano a la que agarrarnos. En ese punto podemos perder el control, o serenarnos y asentarnos. Contentarse es sinónimo de soledad, de soledad fresca, de asentarse en esa soledad fresca.

Renunciamos a la creencia de que escapar de nuestra soledad nos va a aportar una felicidad duradera, o alegría, o una sensación de bienestar, o coraje, o fuerza.

Generalmente tenemos que renunciar a esta creencia como un billón de veces, hacernos amigos una y otra vez de nuestro miedo y nerviosismo, repetírnoslo un billón de veces con plena conciencia. Entonces, sin darnos cuenta, algo empieza a cambiar. Podemos estar solos sin alternativa, contentos de estar aquí mismo con el estado de ánimo y la textura de lo que está ocurriendo.

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron