martes, 20 de enero de 2015

DATE EL GUSTO DE VIVIR


El Reino de Dios está aquí y es ahora. Es posible que hayas ganado el mundo con el aplauso, pero perdiste la vida. La vida es algo que pasa mientras tú estás ocupado haciendo cosas. No te has dado nunca el placer de vivir y vas a llegar inconsciente hasta la muerte, sin ser nunca libre como el pájaro que planea majestuoso viviendo y siendo.

Se dice que un gran sabio le dijo a un emperador romano: «Cuando llegue el día de tu muerte, morirás sin haber vivido». Que despertemos para que este epitafio no sirva para nuestra tumba. ¡Qué bien se siente uno haciendo lo que quiere!. Deja, mientras, a los burros que se reúnan para criticarte. El ser libre y estar despierto a la realidad te permite vivir como un rey. Si tú eres el rey de la creación, ¿Qué te importa el ministro, el cardenal o el presidente?.

No hay más que distanciarse uno de sí mismo — como Santa Teresa — y darte cuenta cuando actúa la programación en ti y cuando eres tú mismo. Al darte cuenta de tu programación y de cómo actúa a través de ti, ya te has disociado de ella, y ya no tiene fuerza sobre ti, ya no te puede, porque tú eres algo muy distinto a tu programación; ella no es más que una forma de expresión que usas por hábito, pero nada tiene que ver contigo. Entonces, cuando observas esos hábitos, los tomas con humor: «¡Ya se me pasará!». Y entonces ya no estás molesto, porque a tu yo verdadero no le afecta.

La vida se escapa y hay que aprovecharla hasta el fondo. Importa fijarse en la ofensa, para aprender, pero no en el ofensor, que actúa por su programación.

Se cuenta de un oso al que metieron en una jaula de seis metros de largo, y caminaba de un lado a otro, sin parar. Al cabo de un año le quitaron la jaula y el animal seguía paseando los mismos seis metros, ida y vuelta, incapaz de ir más allá. Se había acostumbrado. Así los hombres somos incapaces de salir del espacio de la programación.

Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello
Fotografía de internet