La mujer ideal, decía Schopenahuer, es una princesa en la vida social, una avara en los gastos y una puta en la cama. No como la mía – decía el - que es una princesa en los gastos, una puta en la vida social y una avara en la cama.
Si para que los hombres no tengan que buscar afuera, la mujer tiene que reunir la actitud de una madre y la actitud de una puta, ¿qué aspectos tiene que reunir el hombre para que la mujer no tenga que buscar otro hombre afuera?.
Porque también hay dos imágenes de hombre: el asexuado (protector, paternal, etc.) y el potro (sensual, y musculoso).
Las mujeres suelen decir que su expectativa del hombre es que sea cuidadoso, tierno y protector, que tenga swing y sea caballero. Queda claro que éste es uno de los dos aspectos. ¿Cuál es entonces el equivalente masculino de la mujer que disfruta del sexo?. Porque el hombre dice con orgullo en la mesa de café: “¡Mi mujer es bien puta!”... ¿Qué dicen las mujeres cuando hablan de esta cuestión?.
A mi juicio, la pretensión de los hombres de que las mujeres sean putas en la cama no tiene un equivalente exacto en el lenguaje de las mujeres. Y posiblemente no lo tenga porque culturalmente está aceptada la exigencia del hombre, pero no todavía la exigencia de la mujer.
Si para la mujer el sexo estaba ligado al amor, entonces no estaba ligado necesariamente al placer.
El placer provenía de la entrega hacia el hombre amado, pero no de la práctica sexual en si misma. ¿Cuál es el equivalente masculino mas aproximado de la mujer de puta madre?. No lo se, y me temo que hasta que no lo descubramos el lugar va a ser ocupado por play-boy seductor y mujeriego que promete lo que jamás cumple. Quizá sea hora de poner en palabras (y dejo este desafío para alguna lectora) la manera de definir al hombre de puta madre. Para encontrarlo, aunque todavía no lo podamos nombrar, valdrá la pena, para las mujeres, acercarse a la fusión de las imágenes, y para los hombres, animarnos a ver en todas a la mujer completa que deseamos encontrar.
Me parece que mujeres y hombres somos eres sexuados que podemos elegir. Creo que para una señora a la que le encantaría acostarse con todo el mundo, quedarse con un solo señor es un esfuerzo. Habría que ver si debe hacerlo o no. En todo caso, la fidelidad es parte del pacto con su pareja. Y cada pareja puede hacer el pacto que quiera.
No hay diferencia en la apetencia sexual de los hombres y de las mujeres.
La “necesidad fisiológica del hombre” es la trampa con la cual durante décadas los hombres hemos engañado
a las mujeres. Es una cárcel donde sólo entran ellas. La mujer queda presa de un solo hombre y el hombre
queda en libertad.
Es que, además, se trataba de eso, de tenerlas engañadas por pensar que no podían tener sexo con otro
hombre porque el sexo se tenía sólo por amor, y si no era de prostituta... Porque, como decía la tía Gloria:
“Para ir a la cama con un tipo que no es tu marido y no cobrar, mejor ser honrada”.
Ligando el sexo al amor, las mujeres tenían una única manera de tener sexo sin necesidad de prostituirse: ser
fieles.
Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay
Fotografía