.....Entonces, ¿cómo celebramos la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia de ego en nuestra vida cotidiana?
Cuando la impermanencia se presenta en nuestras vidas, podemos reconocerla como tal. No tenemos que buscar oportunidades de hacerlo. Cuando te quedas sin tinta en el bolígrafo mientras escribes una carta importante, reconócelo como impermanencia: es parte del ciclo de la vida. Cuando alguien nace y cuando alguien muere, reconócelo como impermanencia. Cuando te roban el coche, reconócelo como impermanencia. Cuando te enamoras, reconócelo como impermanencia y permite que eso haga más intensa la preciosidad. Cuando una relación acaba, reconócelo como impermanencia. Hay incontables ejemplos de impermanencia en nuestras vidas cotidianas, desde el momento en que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir, e incluso cuando dormimos; ocurre constantemente. Ésta es una práctica de vienticuatro-horas-al-día. Reconoce la impermanencia como impermanencia.
Después podemos reconocer nuestra reacción a la impermanencia. Aquí es donde entra en juego la curiosidad. Generalmente reaccionamos a los sucesos de nuestra vida siguiendo ciertos hábitos. Nos sentimos doloridos o deleitados, animados o decepcionados, pero en nuestra reacción no suelen estar presentes la alegría ni la inteligencia. Cuando reconocemos la impermanencia como lo que es, también podemos percibir nuestra reacción ante ella. Esto es lo que recibe el nombre de atención, conciencia, curiosidad, inquisitividad.
Cualquiera que sea el nombre que le demos, la práctica de llegar a conocernos completamente nos ayuda mucho.
Nota: Siguientes post sobre sufrimeinto y ausencia de ego.
Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet