Pequeña guía para no idealizar a tu pareja y que el amor se pose sobre la tierra.
5. QUE TE AMEN POR LO QUE ERES
Éste es el punto de vista de los que son idealizados y que ya están hartos de desempeñar el papel de «personas especiales». ¿Nunca has pensado que a lo mejor a tu pareja no le agrade tanta parafernalia alrededor de su personalidad? No deja de ser incómodo y pesado mantener el nivel que exige un súbdito.
Si aceptas la exaltación e idealización que tu pareja hace de tu persona y te quedas hipnotizado por los halagos, algo anda mal con tu autoestima. ¿No sería preferible que te amen por lo que eres? En cierta ocasión le pregunté a una mujer si realmente amaba a su marido y me respondió: «No sé, no estoy segura... Pero él sí me admira y me quiere: me hace sentir como una reina». ¿Quieres una pareja o un adulador profesional? Aceptemos que es tentador que a uno lo eleven a la categoría de semidiós, hay algo de mitológico y mágico en esto, además de resultar muchas veces excitante. Fantasear con ser Zeus o Afrodita tiene su encanto (conozco algunos que lo han convertido en costumbre sexual), sin embargo, no falta quien se apegue al personaje y tal como les ocurre a los que prueban ciertas drogas, se hacen adictos. Sentirse idealizado, crea dependencia en las personas inseguras. Un hombre, elevado a las más altas esferas cósmicas por su esposa, me decía: «Yo sé que no es verdad lo que ella me dice, pero es como si lo fuera. Prefiero creer que es cierto». Una Matrix amorosa: vivir en la ilusión del autoengaño afectivo como si ésa fuera la realidad. Te dicen que no hay amantes como tú, y te lo crees; que eres la persona más hermosa del planeta, y te lo crees; que nadie posee tu inteligencia, y te sientes Einstein. Al cabo de unos años, además de haber perdido tu identidad, serás un manojo de mentiras insostenibles.
Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso
Fotografía de internet