La liberación de los niños es necesaria. Es la mayor necesidad del mundo, porque ninguna otra esclavitud es tan profunda, peligrosa y destructiva. Al niño no se le permite conocer su yo.
La sociedad crea un yo falso, que el niño es esto, es aquello, que se comporte de esta manera... La sociedad da ideales, ideas, y al poco tiempo el niño se acostumbra al hecho de que es cristiano, de que es un hombre y debe comportarse de una manera varonil, de que no debería llorar porque eso es de nenas. La niña comienza a comportarse de una manera femenina, aprende que no debería trepar a los árboles, que eso es masculino. Poco a poco van surgiendo más y más límites, más y más limites, y estos no dejan de estrecharse; entonces todo el mundo se siente asfixiado. Esta es la situación: todo el mundo se asfixia y en lo más hondo todo el mundo anhela ser libre. Pero ¿cómo serlo?
Parece que las paredes que nos rodeaban son muy poderosas y fuertes. Y la gente vive en esa especie de encarcelamiento toda la vida. Vive en una prisión y muere en una prisión, sin saber jamás qué es la vida, qué debería ser la vida, sin conocer nunca la gloria y la grandeza de la existencia. Este es el estado mental condicionado. Todo el proceso de la meditación consiste en desacondicionar la mente, en retirar esas paredes. Lo que los padres y la sociedad, los sacerdotes y los políticos han hecho, ha de ser deshecho por la meditación.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 318
Osho
Día 318
Fotografía tomada de intern