A. Creencias o esquemas centrales no adaptativos de la mente cerrada y absolutista:
- La verdad es una y yo soy el que la posee.
- Mi verdad es LA VERDAD, y debo defenderla por todos los medios.
- El cambio, la duda y la revisión son procesos peligrosos.
- Debo tenerlo todo bajo control.
B. Pensamientos irracionales que actúan como cerrojos e impiden la apertura mental:
C. Distorsiones cognitivas, o errores en el procesamiento de la información, que refuerzan la mentalidad rígida:
- Pensamiento dicotómico (no tener en cuenta los matices).
- Filtro mental (seleccionar sólo lo que está acorde con sus creencias e ignorar la información que las contradice).
- Inferencia arbitraria (sacar conclusiones apresuradas o sin contar con la suficiente información).
- Razonamiento emocional (creer más al sentimiento que a la evidencia).
- «Debería» o «tengo que» (pensar que se está obligado a actuar, imperiosamente, en un sentido determinado).
D. Miedos que impiden una actitud dispuesta al cambio:
- Miedo a estar equivocado o a descubrir que la vida personal se había sustentado en una falsa creencia (culto a la certeza).
- Miedo a perder el estatus y la autoestima. O, dicho de otra forma, a perder la señal de seguridad que implica sentirse el ungido, el bueno, el salvador, el líder, el sabio, el lúcido... (culto al ego).
- Miedo a no ser capaz o a no estar preparado para afrontar las exigencias que conlleva el cambio y caducar ante lo nuevo. Este miedo siempre va de la mano del miedo a lo desconocido (culto a la estabilidad o a lo viejo).
E. Estrategias de mantenimiento y autoengaño que más utilizan las personas para defender sus esquemas rígidos:
- La evitación (no profundicemos, no escuchemos a los opositores, ¡cuidado con exagerar la democracia!).
- El contraataque (los que no están conmigo, están en mi contra, ¡es un hereje!, su moral deja mucho que desear, ¡qué se puede esperar de una persona poco inteligente!).
Extracto del libro:
El arte de ser flexible
Walter Riso