La resistencia es uno de los problemas más básicos, y de ahí surgen todos los demás problemas. En cuanto resistes algo, estas metidos en aprietos.
Jesucristo dijo: «No resistáis ningún mal». Ni siquiera se debería resistir el mal, porque la resistencia es el único mal, el único pecado. Cuando resistes algo significa que te estas separando de la totalidad. Intentas convertirte en una isla, separada, dividida. Condenas, juzgas, dices que esto no está bien, que esto no debería ser así. La resistencia significa que has adoptado una postura de juicio.
Si no resistes, entonces no hay separación entre la energía que se mueve a tu alrededor y tú. De pronto estas con ella... tanto que no eres; solo la energía se mueve.
Aprende a cooperar con las cosas que están en marcha; no te sitúes contra el todo. Poco a poco empezarás a sentir una energía nueva y tremenda que surge al caminar paso a paso con el todo, porque en la resistencia disipas energía. En la no resistencia, la absorbes.
Esa es la actitud oriental sobre la vida: aceptar y no resistir, rendirse y no luchar. No intentes salir victoriosos y no trates de ser los primeros. Lao Tse dijo que: «Nadie puede vencerme porque he aceptado la derrota y no anhelo ninguna victoria». ¿Cómo puedes derrotar a alguien que no anhela ninguna victoria? ¿Cómo puedes vencer a un hombre no ambicioso? ¿Cómo puedes matar a una persona que ya está preparada para morir? Imposible. A través de esta rendición uno alcanza la victoria.
Deja que esta se convierta en una percepción; no pierdas tiempo en resistir.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 343
Osho
Día 343
Fotografía tomada de internet